Capítulo 32: Las minas abandonadas de Jryverak

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Al norte de Terra, el otro grupo se hallaba en las afueras de Grutzei, ciudad que protegía a las Runas Sagradas. Dos semanas atrás desembarcaron en Jryverak, donde aprovecharon el caos para escabullirse hacia un tupido bosque de robles y acebos. Gracias a Yashi y Clavel avanzaron a una velocidad impensable para los aniquilación, quienes no pudieron detectarlos. Allí entraron a una cueva y la usaron para llegar al cordón volcánico. Iban de incógnito y sólo hablaron con pastores de las quebradas para comprarles comida y pedir indicaciones, antes de regresar bajo tierra.

Las minas fueron construidas por los enanos, en la época que los Dragones Rojos anidaban los volcanes de la isla. Estas se extendían a lo largo de kilómetros, iban de costa a costa y alcanzaban profundidades abismales. Sin embargo, quedaron abandonadas tras la invasión de los magos, quienes fueron incapaces de entender el enjambre de cuevas y túneles. Conservaron las bóvedas debajo de las ciudades y sellaron la mayoría de los pasajes subterráneos, porque peligrosas criaturas subían a cazar desde sus entrañas: espíritus de fuego y salvajes hombres mitad lagarto inmunes a las llamas.

Las rutas apartadas carecían de vigilancia, ofreciéndole a los aprendices un escondite seguro. Guiados por la habilidad de Yashi para escuchar la tierra, los conocimientos de Karen y el agudo sentido de Clavel, pudieron avanzar sin exponerse a peligros ni acabar en un camino bloqueado. Tuvieron que dar más vueltas de lo esperado, pero nadie sabía de su presencia y eso compensaba la demora.

Ahora, observaban a Grutzei desde la mina donde descansaban, ocultos por los espinos que plagaban las lomas y que se erguían bajo el incandescente sol de medio día.

—¿Por qué está dividida a la mitad?— Clavel le preguntó a Karen, mirando por el boquete de la cueva las lujosas y altas construcciones a un costado, mientras que al contrario las casas eran bajas, apretadas entre sí y muy parecidas, dando la sensación de un hormiguero.

—Porque los magos no se mezclan con los no magos— aclaró—. A menos que sea por trabajo, no los verás interactuando. Cada quién tiene su lugar.

—Hasta ahora no había visto un sesgo tan marcado.

—Así son todas las ciudades Aniquilación— Karen sacudió la cabeza y entornó los ojos—. No lo notaste en Ólvaras porque sólo pasamos por el puerto, que es un área común para viajeros. Si no huíamos cuando pasó lo de la carreta nos hubieran retenido. Parece que igual nos siguieron hasta el bosque, pero como desaparecimos, creo que dudaron de sus sentidos.

—Estoy segura que los confundimos— dijo bromista, pero dejó de sonreír cuando volvió a mirar la ciudad—. Ahora comprendo lo que presencié en el barco. Los extranjeros podíamos interactuar con todos, pero los magos aniquilación ignoraban por completo a los no magos y estos no se atrevían a acercarse.

—Si no tienes magia, no tienes clase. La magia te da status y poder, pero no cualquier mago está a la cabeza. Quienes poseen la magia más poderosa o rara son los que gobiernan Magia Aniquilación...— calló de golpe porque la elfa actuaba perspicaz. Rápidamente desvió el tema y señaló brusco hacia atrás, a Yashi y Azzel que estaban túnel adentro—. Para que esos dos no se metieran en problemas no hablé con nadie en el barco. Al menos tú pudiste conseguir información importante.

—Buf— Clavel se mostró desencantada—. Ese intento de guerrero, que no dejó de revolotear a mi alrededor durante toda la travesía, hablándome de que lo acompañara en su investigación del elemental Luz... De sólo acordarme vuelvo a perder la paciencia.

—Bienvenida a mi mundo.

—¿Eh? ¿Qué quieres decir?—se reclinó contra la pelirroja—. Tú pierdes la paciencia incluso si no se te acercan. Nadie en el viaje anda revoloteando alrededor tuyo... excepto Furan.

Archimago 4, Las Runas SagradasWhere stories live. Discover now