The King (Harco/Drarry songfic)

Ira

I'm the one you're coming to when you're feeling alone
And I'm the only one who's gonna pick up the phone
Looking for the one but it's me all along
(Choose me)
Baby, I'm the one, yeah, that's something you've known
No, I'm not a quitter, yeah, I get what I want
Playing with your heart 'cause you give me the throne
Choose me

La rabia nublaba su vista. Su magia aflorando hasta la punta de sus dedos, creciendo desde su estómago y escapando por cada poro de su cuerpo. Magia salvaje, cruda. 

Su magia solía ser relativamente pacífica. O por lo menos lo era cuando no refulgía de ira (en esos casos sólo era un poderoso y caótico remolino), sin embargo, la mayoría de las veces que se encontraba enojado lograba suprimir el caos antes de hacer que algo explotara (o se inflara como un globo, en todo caso). Pero en momentos como este, cuando perdía el control total sobre sus acciones o pensamientos, su magia también lo hacía. 

Dos explosiones en la misma noche....La última vez que algo como aquello había pasado fue en cuarto año. Diggory había muerto y él había tenido que enfrentarse a Voldermort solo (ese había sido el primer estallido). Y menos de una hora después, el segundo llegó cuando el Mortífago que fingía ser Moody desmanteló su verdadera identidad (Remus tuvo que hacer gala de su fuerza bruta de hombre lobo para sacar a Harry de ahí antes de que se perdiera por completo e hiciera trizas al impostor). 

Normalmente era Draco quien conseguía calmarlo. Con su voz suave y su tacto paciente.

Pero Draco no estaba ahí...Ginny se había encargado de ello. 

Y él se encargaría de ella. 

Bufó.

¿Realmente cuál era su plan? No la iba a lastimar (por lo menos no fisicamente). Seguía siendo la hermana de Ron, y por mucho que en este momento quisiera matarla seguía siendo su ¿qué? ¿amiga? ¿hermana de su casi hermano? Algo así. No era tan cabrón como para llegar a esos extremos. Necesitaba controlarse. 

Paró de correr por unos segundos y apoyó su frente contra la pared  de uno de los pasillos, inhalando y exhalando pesadamente mientras sentía como el calor y la magia que emanaba de él lo envolvían por completo. 

Sus ojos se deslizaron hasta el mapa del merodeador en su mano, inmediatamente clavándose en el letrero que rezaba "Ginnevra Weasley". Se encontraba en la sala común de Gryffindor. Harry había estado ahí hace menos de una hora (antes de que Ron y Hermione lo arrastraran a pasar el rato con las serpientes en las mazmorras). 

Gruñó, recordando lo que había pasado hace apenas unos momentos atrás. La puerta abriéndose en un estruendo. Blaise llamando a Draco. Harry volteando la cabeza. Draco aferrado a Blaise como si su vida dependiera de ello (Draco sólo hacía eso con él...¿por qué no había llegado primero con él? ¿por qué Harry no había llegado primero a ayudarlo? ¿Cómo había permitido que todo esto pasara?). Todos intentando calmar a Draco (¿qué te han hecho? ¿cómo permití que te hicieran esto?). Hermione salvando el día, como siempre. Y apenas hubo terminado Harry no pudo soportarlo más y se abalanzó sobre el rubio.

Draco estaba tieso. Estaba tan tieso que lo único que le indicaba a Harry que estaba con vida era el incesante temblor y las respiraciones ahogadas. Draco no estaba llorando, y cuando su cuerpo liberó la tensión para volcarse sobre él, Harry lo sintió tan...quebradizo. 

Abrazar a Draco siempre era como si el muchacho se oprimiera contra él. Eran abrazos fuertes y necesitados de contacto. Draco por sí sólo era bastante duro al tacto, con sus pómulos prominentes y su físico delgado. Pero este abrazo era totalmente diferente. Lo tenía laxo entre sus brazos: derrotado e indefenso. Y aquello estaba comenzando a poner a Harry cada vez más ansioso.