23

23 14 0
                                    

Después que Demián se fuera. Anne, se dirigió a su habitación y lloró como nunca antes en su vida, hasta quedarse dormida.

Fue despertada por un ruido que provenía del exterior de su habitación. Al darse cuenta de que sus padres y los empleados no estaban y que ya era tarde, Anne sintió que algo no iba bien. Aunque el miedo la invadía, decidió mostrar valentía y abrió la puerta con cuidado, con la intención de atrapar a la persona que había interrumpido su sueño. Deseaba descubrir quién merodeaba en la oscuridad de su propia casa. De repente, se quedó paralizada al ver una sombra a cierta distancia en el pasillo.

La silueta se encontraba en un rincón oscuro del amplio pasillo. Anne palideció y comenzó a sudar frío. Sin saberlo, había caído en una trampa. El intruso esperaba que ella reaccionara de esa manera. Anne observó cómo la figura comenzó a acercarse a ella, y a medida que lo hacía, una sonrisa suave y siniestra se formaba en sus labios.

--¿Quién está ahí? ¿Eres tú, Alexander? --preguntó con voz temblorosa, creyendo inicialmente que era víctima de una broma. Pero luego, su mirada se fijó en el filo del cuchillo que el intruso sostenía en su mano, pudiendo ver su propio reflejo en él.

Anne abrió los ojos de par en par y tragó saliva. En ese momento, el asesino se abalanzó sobre ella. Anne emitió un leve quejido y rápidamente se tocó el cuello, viendo cómo la sangre brotaba a borbotones. Le habían cortado la garganta. Soltó un grito ahogado y la sangre fluía sin cesar.

Desesperada, intentó detener la hemorragia colocando sus manos en su garganta, pero solo logró teñirlas de un intenso rojo. Finalmente, se desplomó en el suelo. Desde las sombras, pudo vislumbrar una sonrisa maquiavélica aunque no pudo identificar al asesino. Con las últimas fuerzas que le quedaban, se arrastró con dificultad hacia la puerta de la habitación, deseando escapar de su agresor.

Suplicó ayuda, pero nadie acudió en su auxilio. Fue en ese momento cuando el cuchillo desgarró su ropa, perforando sus entrañas. Emitió sonidos de dolor y le costaba cada vez más respirar. Finalmente, llegó a la ventana con todas sus fuerzas y en un último suspiro manchó las cortinas blancas con su sangre.

Anne quedó con los ojos abiertos de par en par, con una expresión horrible en su rostro.

Mientras tanto, el asesino abandonaba el lugar, cerrando cuidadosamente la puerta.

En otro lugar del pueblo, Susanne había llegado a la casa de sus tíos . Su tío había salido por la mañana y había un gran silencio entre las dos. En ese momento, Charslton entró al comedor, visiblemente alterado y mostrando signos de nerviosismo.

----Tío, ¿qué te sucede? ----preguntó Susanne, extrañada.

----Nada ha pasado, sobrina. Solo salí a realizar algunas tareas y se me hizo tarde. No deberían haberse preocupado.pero Susanne tenemos que hablar contigo sobre tu comportamiento deshonroso. -----respondió, narrado y mostrandose molesto.

-- Charlton ¿qué te pasa? ¡Mírate!.--exclamó preocupada su esposa luego se levantó de su silla y corrió donde estaba él.

En ese momento tocaron la puerta.
por lo que estaba ocurriendo ninguno atendió.
Entonces Susanne se levantó y abrió suavemente la puerta. Se sorprendió al ver a Alexander esperando en la entrada de su casa.

--¿Qué hace aquí? Si mi tío lo ve, se va a enojar mucho y lo más seguro es que lo corra a patadas. -- susurró mientras lo miraba detenidamente.

-- Quiero hablar con usted. Es muy importante para mí, le prometo que seré breve y después, si quiere, no volverá a saber de mí. -- mencionó con apatía.

--Pero, ¿qué sucede? Señor Lavoy, lo veo distraído hoy. -- cerró la puerta con cuidado.

--No me pasa nada. Susanne, terminé con Anne. Eso será el tema de conversación en el pueblo mañana. -- respondió, cambiando de tema.
Suzanne se levantó y abrió suavemente la puerta. Se sorprendió al ver a Alexander esperando en la entrada de su casa.

--¿Qué hace aquí? Si mi tío lo ve, se va a enojar mucho y lo más seguro es que lo corra a patadas. -- susurró mientras lo miraba detenidamente.

--Tengo tiempo. Quiero hablar con usted. Es muy importante para mí, le prometo que seré breve y después, si quiere, no volverá a saber de mí. -- mencionó con apatía.

--Pero, ¿qué sucede? Señor Lavoy, lo veo distraído hoy. -- cerró la puerta con cuidado.

--No me pasa nada. Susanne, terminé con Anne. Eso es el tema de conversación en el pueblo. -- respondió, cambiando de tema.

--No puede terminar con ella, la dejará en ridículo. Ella debe sentirse muy mal, está perdidamente enamorada de usted. Lo que le ha hecho no tiene nombre, pero puede recapacitar y regresar con ella. Seguro perdonará su equivocación. -- recalcó Susanne con gesto de preocupación, y él la miró sorprendido.

--¿Acaso Susanne no siente nada al verme con Anne? ¿Acaso su falta de reacción significa que no le importa y por eso me empuja a buscarla? -- concluyó con decepción. Susanne se mantuvo en silencio, lo que aumentó su desaliento.

--Me enteré que ella se va mañana a Moscú. Es una estrategia de los padres. Piensan que regresaré a buscarla. Pero lo que no saben es que eso no está en mis planes. La verdad, yo no la amo. Además, Demián le ofreció matrimonio, es un buen momento para que acepte y sea feliz, porque si se queda conmigo nunca lo será. -- exclamó Alexander con expresión seria.

--¿Para eso quería verme? ¿Para contarme que no la ama? -- preguntó Susanne con curiosidad, y la gente comenzó a observarlos con recelo.

--Usted sabe quién es. Robert Rawson. ¿Ha escuchado hablar de él alguna vez? -- pregunto Alexander, intrigado.

--No sé quién es. ¿Por qué tanto interés en ese hombre?--- agregó susanne en forma indiferente.

--Tenía la esperanza de que me ayudara. Que supiera algo sobre ese sujeto. Lo he estado buscando desesperadamente, me ha enviado anónimos afirmando que soy el asesino de la calle Styles y que también soy el asesino de miss lovely Thompson a ella la encontraron hace poco. -- la miró con confusión en su mirada.

--¿No es el asesino? Señor Lavoy, estoy convencida de que tiene que ver con eso, aunque no sé exactamente cómo. -- agregó de manera mordaz.

--No soy el asesino. Vine  Solo porque quería la compañía de una amiga. Me llevo muy bien con usted. Si no fuera mujer, pensaría que hablo con otro sujeto, a diferencia que nosotros, claro está,  hemos compartido intimidad. -- respondió, haciendo una sonrisa amplia mientras se acercaba a ella.

—¿No le preocupa que nos vean juntos? Es muy probable que se lo cuenten a su prometida. Eso podría desencantar a cualquier mujer enamorada. Además, no es lo correcto —enfatizó Susanne, mientras observaba cómo la gente murmuraba a su alrededor.

—Para ser sincero, no me preocupa en absoluto lo que digan los demás. Si desean tomar las riendas de mi vida, que lo hagan. Si me dedico a complacer a la gente, nunca podré vivir auténticamente y siempre estaré atrapado en la infelicidad, esperando su aprobación. No puedo negar que tengo un profundo cariño por Anne; compartimos cinco años de nuestra vida como pareja. Sin embargo, la señorita Usmanov es plenamente consciente de que no siento amor por ella. Creo que es un tanto ingenua y necesita madurar, dejar atrás esa visión idealizada de la vida. La realidad es dura y, a menudo, cruel.-- replicó.

—Lo expresa como si hubiera atravesado un profundo sufrimiento. ¿Qué experiencias lo han llevado a convertirse en un hombre tan frío e indiferente? — preguntó, mirándolo a los ojos, con una sonrisa que intentaba ser divertida.

—Experimenté lo mismo que muchos niños en hogares desintegrados. Mi padre se llamaba Alexander Nothangel Jones.

Oscuros Placeres Secretos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora