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ME QUEDO HELADA al igual que todos ante lo que nos estaba contando Lucrecia. — Yo no quería, de verdad.—Se escucha un breve sollozo de su parte ante la situación que estaba viviendo.
— Fue un accidente, Lu. — la consuela Carla y yo volteo mi cara ante tal escena.
Estaba devastada por lo de Polo.
No podía creer que uno de mis mejores amigos este muerto cuando hace menos de una hora había conversado con el.
Primero, Marina... Luego, Polo ¿Quién sigue? Joder, estábamos podridos.
— Fue mi culpa. — presto atención a lo que dice Lucrecia pero sinceramente lo único que quería era golpearle.
— Le diremos que no fue intencionado. — interviene Nadia.
— Eso no lo va a creer nadie. — menciono sin mirarle a la cara.
No podía.
— Todo el mundo vio cuando le tiro la copa encima a Polo. — eso último lo digo en voz baja.
Decir el nombre de Polo, duele y por la cara de Ander y de Guzmán se que ellos están igual de devastados que yo.
— Pero, es la verdad. —me mira Nadia con aires de autosuficiencia y ahí pierdo el poco auto control que me queda.
— Bueno a lo mejor si a Lucrecia no se le hubiera ocurrido hacer todo un show premeditado con clara intención de matar a Polo por...— volteo a mirarla.—Una estúpida beca... Espero que disfrutes mucho tu estancia en prisión, cariño.
Lucrecia no me contesta.
Se apoya en el hombro de Carla y empieza a sollozar mas fuerte.
— No es momento para esto. — se entromete Samuel. — A la Policía no le interesa la verdad, buscan cerrar el caso pronto, necesitan un culpable para meterlo preso por 20 0 30 años.
— No tenemos otra opción. — replica Guzmán.
— Si... si que la tenemos. — lo mira Samuel. — Acabar con esta pesadilla de una puta vez... Ya hemos sufrido todos bastante aquí... Ya se han destrozado demasiadas vidas. — suspira. — Vamos a salir de aquí todos juntos y libres y acabamos con esta mierda para siempre.
— Sus huellas están en la botella. — menciona Ander.
— Pero podemos romperla. — sugiere Valerio.
¿De verdad están hablando enserio? Es que como pueden ser tan hipócritas.
— No, aquí no. — exclama Omar. — Haría mucho ruido y nos pillan fijo.
— ¿Estáis hablando enserio? — me entrometo en la conversación y todos me miran.
— Por fin alguien con un poquito de sentido común. — exclama Cayetana llorosa.
