#03

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—No me voy a ninguna parte sin ella -Continué forcejeando

—Pues mala suerte, nadie te pregunto -Dijo el idiota mientras continuaba atándola. Por favor que alguien lo mate

Sacudí mi brazo con fuerza, trate de usar mi mano libre para quitar sus dedos de mi piel, pero nada. La escuche ladrar, voltee para verla justo cuando ''mordió'' la mano de aquel idiota. Y digo ''mordió'' porque ella nunca ataco a nadie. Esta entrenada, solo ataca si alguna de las dos esta siendo amenazada y/o yo le ordeno que ataque. Lo único que hizo fue asustarlo para que la deje. Pero este imbécil al parecer no sabe cuanto duele en realidad la mordida de un perro.

Todo a mi alrededor se volvió lento luego de ver como la golpeó. Sentí como mi odio aumentaba hacia el chico de color extraño, si antes su color me pareció maravilloso, ahora solo lo aborrecía. Vi como su mano volvió a levantarse para, quizá, volver a golpearla. De un fuerte y brusco movimiento logre soltarme del agarre y ya podía moverme con libertad. Corrí hacia el malnacido que se atrevió a golpearla y lo empuje, clavando mi hombro en su estomago haciendo que caiga al suelo. Como si estuviésemos jugando fútbol americano, él tuviese el balón y fuera del equipo contrario.

De un rápido movimiento la libere y le ordene que corriese, obedeció como siempre lo hizo. Antes de que pudiera golpear al imbécil el chico de color naranja me agarro con fuerza, lo aparte con dificultad y me tire sobre el tatuado que aun seguía en el suelo, mirando la escena confundido. Antes de que mi puño golpee contra su rostro agarro mi mano y me hizo voltear. Agarro mi otro brazo y los coloco detrás de mi espalda mientras se levantaba del suelo. Me sentía como un estúpido muñeco.

—¡Suéltame! -Le grite enojada mientras intentaba liberarme, aunque sabia que era imposible 

—No puedo creer que tengas las agallas y la fuerza como para haberme tirado de esa forma -Dijo enojado- Busquen al perro. Al parecer sera la única forma para que esta fiera colabore - Me obligo a caminar hasta quedar frente al ambos chicos que solo asentían- ¡Tráiganla ahora! -Les ordeno con un extraño tono de voz

—¡No! -Les grite. Los dos voltearon a verme- ¡Ni se les ocurra tocarla! -Volví a gritar esta vez mas enojada que antes. Mi voz fue algo extraña, podría decir que hasta me dolió. 

Ambos me miraron asombrados, luego intercambiaron miradas entre ellos y comenzaron a acercarse lentamente mientras miraban mis ojos. Maldición, lo olvide, las lentillas. Nadie debe ver mis ojos. Antes de que pudiesen decir algo el chico que me sujetaba comenzó a caminar y terminamos por salir del lugar. Las personas nos observaban curiosas y cuando pasábamos por alado, sin importar que estuvieran haciendo, hacían una reverencia en nuestra dirección. Genial y a mi que no me gusta llamar la atención.
Fui entregada a dos personas, comenzaron a escoltarme, yo debía seguir a aquel idiota hasta donde sea que me este llevando... Volví a colocarme las lentillas color marrón. 

Pude observar un leve amarillo entre unos arbustos. Pelusa estaba ahí, observando desde la distancia. Mire en su dirección disimuladamente y silbe en señal de que se mantenga alejada.  
Entramos por una gran puerta de madera, la cual se abrió sola, y comenzamos a caminar por un largo pasillo, las paredes eran de ladrillos y, siendo sincera, el lugar daba miedo. Tuve que haber intentado huir antes de que entremos a este lugar. La poca iluminación y la gran espalda de este sujeto no me permitía ver demasiado.
Doblamos a la derecha y pude notar a la distancia dos caminos; Si seguíamos recto debíamos bajar unas escalera, si doblábamos quizá hayan mas pasillos. El lugar parecía interminable. Era momento de empezar a entrar en pánico. 

—¿Donde vamos? -Trate de sonar lo menos nerviosa posible. Pero nadie dijo nada- ¡Eh!... ¿No te dijeron que es de mala educación no contestar una pregunta? -Silencio otra vez-  Me niego a seguir caminando hacia quien sabe donde para que me hagan quien sabe que -Dije enojada mientras paraba de caminar.

Los dos que estaban detrás de mi se colocaron a mi lado, uno a la derecha y otro a la izquierda, y se detuvieron, el de extraño color siguió con su camino, levanto un brazo, rápidamente di dos pasos hacia atrás, él chasqueó los dedos. No se que se supone que signifique, pero no me voy a quedar para averiguarlo, comencé a correr por donde había venido, di un leve vistazo por encima de mi hombro. Ambos corrían en mi dirección, pero tengo algo de ventaja, gire en el final del pasillo y a lo lejos pude ver la puerta. Antes de que tan siquiera pudiese disfrutar de la sensación de estar cerca de la salida mis brazos fueron tomados y mis pies se separaron del suelo. 
Estos malditos si que eran rápidos, comencé a sacudirme y correr en el aire pero nada servia, eran rápidos y fuertes al parecer. Me resigne, no había forma de soltarme y debía guardar fuerzas. Comenzaron a volver hacia lo que supongo es el jefe de todo el maldito lugar, este nos esperaba apoyado en la pared mientras sonreía...  Cualquiera podría interpretar esa sonrisa como  de gracia o como algo coqueto, pero la verdad es que había algo detrás de esos perfectos dientes

—Una lengua... -Dijo aquella mujer en mi cabeza antes de volver a desaparecer  

Una risa escapo de mis labios, los tres me miraron extrañados. Pensaran que estoy loca, aunque escuchar voces dentro de tu cabeza no debe de ser algo de gente cuerda... De igual forma aquella mujer era graciosa. 
Cuando estuvimos nuevamente detrás del tatuado los otros dos me bajaron para que continúe caminando el resto del camino.

—No mas juegos -Dijo antes de volver a caminar frente a nosotros. Yo no me moví de mi lugar- Andando 

—No -Dije tranquila, mientras ponía mis manos en los hombros de los que estaban a mis lados. Volteo a verme, parecía enojado- ¿Que?... Me llevan en contra de mi voluntad ¿Y encima tengo que caminar? -Lo mire indignada- No cariño  -Moví mi dedo indice en señal de negación. 

Su expresión cambio a una de diversión y soltó una leve risa. Suspiro mientras negaba y volvió a chasquear los dedos mientras sonreía. Bipolar. Las manos de aquellos hombre volvieron a estar en mis brazos y lentamente mis pies fueron separados del suelo. 

∽Siempre tienes que agradecer a aquellos que te ayudan o hacen algo por ti  
Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza.

—Gracias -Dije sonriendo a los que me sostenían. Me miraron confundidos y volvieron su vista al frente. Afortunadamente no bajamos por esas escaleras... 

La verdad es que creo que esta fue la mejor idea que pude haber tenido si quiero guardar fuerzas, la verdad es que continuaron caminando bastante tiempo por distintos pasillos que mas bien parecen laberintos con tantas vueltas que dieron. Aunque sé que lo hacen para desorientarme. Finalmente llegamos a una habitación con una sola silla, la cual era iluminada por un foco mientras el resto de la habitación estaba oscura. Me recordó a todas las películas en las cuales torturan a la gente para sacarle información... 

Rápidamente recordé lo que el tatuado le dijo a su amigo naranja  ''Te encargo las preguntas, esta chica me da dolor de cabeza''. Comencé a desesperarme ¿Que se supone que tengo que responder? ¿Va a torturarme? ¿Voy a morir? Pero tengo hambre... No puedo morir con el estomago vacío ¡¿Que tipo de castigo es este?!     







Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora