TRITOCH, EL LOBO NEGRO.

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Los enormes árboles de Parque Berrinche se perdían en el horizonte, mientras los tres pequeños caminaban sin cesar junto a su perenne guardián, Sr. Puño. Nico y Rachel hablaban animadamente de lo que había ocurrido a cada quien en sus desafíos anteriores. Nico relataba ufano su ardua pelea contra Tremor y Sismo, mientras que Rachel explicaba cómo tuvo que resolver el acertijo de los nísperos Punta de Flecha, venciendo su temor a las alturas. Sólo Nica permanecía aún enfurruñada, por el engaño hecho por Igg-Drasil. Con la carita fruncida de coraje, avanzaba sin decir nada.

Puño asimismo permanecía callado y reflexivo. Su nuevo destino era hallar las preciadas tres Virtudes del Niño, para dotar a los pequeños de las máximas capacidades antes de hacer frente al terrible Crecido. Si bien habían logrado avanzar bastante con el "castigo" impuesto por su antiguo mentor; tales bienes eran decisivos para la batalla que se avecinaba.
Sólo que había un pequeño problema.
Ignoraba casi por completo el paradero de dichas Virtudes. El único dato que pudo obtener de Igg-Drasil fue que debían dirigirse al Valle de los Tres Pétalos. Tal revelación le preocupaba, puesto que al no disponer de una localización exacta, la búsqueda demoraría días. Semanas quizá. Incluso puede que nunca hallen tales tesoros. Pero enfrentar al Crecido, sin tales ventajas, sería tal como ocurrió...

Finalmente llegaron al gigantesco Valle de los Tres Pétalos. Ante los ojos de todos yacía una excavación de una forma que parecía no salida de manera espontánea. Tres profundas gargantas confluían hacia un centro elevado, en cuyo cénit lograba apreciarse un cráter. Todo el conjunto parecía una flor de pétalos curvos y puntudos. Consternados, los niños voltearon a su tutor:

- Vamos a buscar esas Virtudes en TODO ESTO? - se lamentó Rachel.
- Nunca vamos a acabar... sólo una punta del valle es más grande que mi propia casa... - protestó Nico.
Sr. Puño se puso frente a los niños y les intentó convencer que si todo salía bien, no sólo se harían con tales maravillas, sino que inclusive podrían hacerse más fuertes. Y cualquier ventaja servía en la futura lucha contra el enemigo Crecido. A pesar de sus amables palabras, ni siquiera Puño estaba completamente convencido de lo que decía. Pero hallar esos ítems era vital.
- Os propongo esto mis niños: Vayamos primero a esa gran montaña del centro. La conocen como Cumbre del Florecimiento. Cuentan que en la parte más profunda del cráter, se halla dormido un secreto estremecedor. Apuesto mi meñique a que se trata de aquellas Virtudes! Me acompañáis, entonces?
Tanto Nico como Rachel accedieron, un poco dudosos, pero accedieron. Sin embargo Nica se sentó en el suelo y se cruzó de brazos.
- Y vos mi pequeña? Qué os acontece que negáis la aventura?
- Yo no quelo. - Refunfuñó la niña. Tanto su hermano como su prima quedaron pasmados ante la negativa de la pequeña, y la apremiaron a levantarse, pero ella se resistió. - echo é otra mentira, como la que dijo Igdrasil... Y tú también debe está mintendo, Puño! - El dedito de la niña señaló a la gran mano, quien se abrió por completo negando la acusación.
- Mi pequeña, os pido una disculpa si la conducta de mi mentor os ofendió; pero él supo bien lo que hacía. De no haber despertado en vos esos sentimientos de penitencia, nunca habríais terminado de hacer vuestra...
- É MENTIRA!! YO YA ME QUERO IR!! - Los ojitos almendrados de Nica se llenaron de lágrimas. El engaño del sabio tronco había herido más que el orgullo de la pequeña, era evidente. Puño rebuscó entre sus ítems algo que pudiera quitarle ese estado a la niña. Un beso de Mamá? No, un Risolin? De pronto haría falta algo más...
- Nica, LEVÁNTATE Y VEN.
La rotunda orden había sido proferida por un muy serio Nico, cansado de los berrinches de su hermanita. Ya era mucho consentir por parte de Puño. Estaban en una situación muy comprometedora y lo que menos hacía falta era alguien que no quiera colaborar.
- NO QUELO!!! - resopló Nica.
- Vas a venir!! - Ordenó Nico tomando de la muñeca a su hermanita y jalándola. La chiquita se debatió y terminó por dar un mordisco a la mano de su hermano. Este retiró la mano y con un rápido movimiento, dejó caer un fuerte sopapo sobre la cabeza de Nica.
Aunque el golpe fue amortiguado en parte por el sombrero de bruja, la niña se llevó las manos a la cabeza y mostró un puchero digno de ser fotografiado.

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