Capítulo 45 _______

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Niall se hallaba en los escalones al igual que lo estaba la última vez que nos encontramos de esta manera. Su ceño era más contenido en esta ocasión. Más aprobatorio, pero dispuesto a luchar de todos modos. Me preparé y bajé de la moto. Antes de que Harry pudiera incluso sugerir irse, le pedí que viniera conmigo. Amaba a Niall. Había sido uno de mis mejores amigos por toda la vida. No quería que se hiciera daño o se preocupara. Y si nos viera juntos, tal vez entendería que no estaba a punto de cometer un error.

—_______ —suspiró—. Mi Di te ves muy bien.

—Gracias. —Lo miré.

Realmente lo miré. Parecía el mismo de siempre. Seguía siendo delgado y aparentemente listo para cualquier cosa. Su posición favorita cuando todos pasábamos el rato en mi casa era tirada en el sofá con mis pies en su regazo. Era lo que precisaba en ese momento, sin embargo, ahora me sentía triste por él. Necesitaba que siguiera adelante con la seguridad de que yo estaría bien—. Te acuerdas de Harry —solté a toda prisa.

—Por supuesto. —Pensé que se darían la mano. No lo hicieron—. Es el tipo con el cual te casarás luego de sólo unas pocas semanas.

—_______ quería venir porque eres su amigo —dijo Harry sólida, pero fácilmente—. No voy a interferir o seguirte la corriente en tus intentos para provocarme, pero es mejor que no pongas un dedo sobre ella. Necesitas escuchar lo que debe decirte.

—¿Poner un dedo sobre ella? —dijo Niall, agitado y dio un paso adelante—. Qué cara

Harry permaneció donde se encontraba. —Lo sé todo sobre el beso —le dijo y me sentí orgullosa de su control. Me di cuenta de lo mucho que deseaba hacer más.

Niall me miró como si lo hubiera traicionado. —Le dijiste sobre eso.

—¿Por qué no? Era mi novio, Niall. Y ahora es mi prometido.

—No entiendo por qué estás tan

—¡Oigan, ahí! —llamó papá desde el porche. Salió y me quedé sin aliento al ver a Haddock a su lado—. Mira quién vino a hacerte una visita.

—¿Haddock? —pregunté estúpidamente, como si no me sintiera segura.

—_______ —dijo con una sonrisa, sin preocuparse por mi sorpresa al verlo—. Es muy bueno verte.

—¿Qué haces aquí? —pregunté cuidadosamente y me contestó del mismo modo.

—Estoy de visita, como te dije que haría. —Sonrió generosamente y se inclinó un poco antes de recuperarse.

Me metí el cabello detrás de la oreja y los miré. Mis dos papás. Ugh

—¿Quién es este payaso? —masculló Niall entre dientes.

Le di una mirada que decía que se callara, y me aclaré la garganta.

—¿Cuánto tiempo estarás aquí?

—Bueno tenía una casa aquí, y ya que no seré necesitado en Londres, me voy a mudar nuevamente. Vine a ver si querías ir a almorzar.

—¿Cómo conoces a este tipo? —preguntó Niall, sus labios tocando mi oreja. Me estremecí, y no en el buen sentido.

—Retrocede —le dijo Harry mientras me ponía más cerca—. No sigues instrucciones muy bien.

—¡Sé todo sobre ella! —desafió Niall—. ¿No es así, Sr. Masters?

— Niall —advirtió papá.

—¡Así que no creo que esté bien que vengas a sentarte aquí y me digas que no puedo susurrarle a la chica que fue mía por más de tres años! Ella puede tomar sus propias decisiones. Es por ello que vine aquí. Para hacerla entrar en razón. Porque no hay manera de que te eligiera así. Tú la engañaste de alguna manera. Es ingenua a veces.

Me burlé. — Niall, detente. ¡No soy una niña! No te necesito para ayudarme a tomar decisiones.

—¡Alguien tiene que hacerlo!

—Estoy feliz, Niall. ¿Por qué es tan difícil de creer para ti?

Frunció el ceño. —También fuiste feliz conmigo, y sí, sé que arruiné las cosas, pero podríamos haber estado bien y vuelto a estar juntos. Fuiste demasiado terca para siquiera darnos una oportunidad. Y ahora estássiendo terca sobre él. —Se lo pensó—. ¿Esto es debido a que tu madre se fue y piensas que no puedes hacerlo mejor?

Harry lo interrumpió y pude oír la ira estridente en su tono. —Tienes razón, puede tomar sus propias decisiones. Así que deja intentar de decirle lo que quiere y lo que no.

Niall tomó aire para su refutación, pero un coche chilló hasta detenerse en la acera y alguien salió a tropezones sin gracia, sus tacones repiqueteando en la acera y luego desapareciendo en la hierba en lo que se aproximaba a nosotros. Mi madre. Abrí la boca para preguntarle qué hacía allí, no obstante, papá se me adelantó.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Se movió un tanto hacia adelante y apretó los dientes cuando permaneció en silencio—. ¿No dijimos todo lo que teníamos que decir?

—No podría irme —declaró con rencor—. No podría irme de la ciudad, incluso si no me quieres aquí. ¡Pertenezco aquí más que nadie! Soy su madre y no puedes decirme que me marche.

El coche tiró una maleta fuera y le gritó algo antes de salir disparado.

Echó un vistazo a la maleta y se volvió hacia mí, pero entonces sus ojos se dirigieron a mi papá. Y luego se ampliaron hasta imposibles limones. — ¿Haddock? —susurró ella, pero todos la oímos.

—Sarah —dijo, enojado.

Levanté la mirada hacia él. ¿Por qué estaba enojado? Me vio mirando y tomó una respiración para tranquilizarse.

Ella te apartó de mí, _______. No fue justo que tuviéramos una aventura, lo sé, y nunca sabrás cuánto lo siento, pero te apartó de mí.

Cerré los ojos, tratando de evitar que mis sentimientos me contralaran. La mano de Harry se envolvió alrededor de mi muñeca, su pulgar frotando el pulso que latía rápidamente allí en lo que mis padres continuaban.

—¿Cómo conoces a Haddock? —preguntó papá con suspicacia, su mirada pasando de uno al otro.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora