Capítulo 64 Harry

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Respiré profundamente y me preparé para la visión, aquella que me hacía querer llorar cada vez que la recordaba. _______ se acercó y presionó su frente contra la mía. La dejé ir a través de mi hacia ella y escuché su inhalación cuando nos adentramos. _______ dormía. Escuchó un sonido y rodó, su mano pasando por la cama hasta que alcanzó la alarma. Se estiró y luego se levantó, yendo a la habitación amarilla en el pasillo. Yo estaba allí, balanceando al pequeño bebé en mis brazos, y sonreí cuando la vi. Se acercó y me besó de lleno en la boca por sobre el bebé y luego reímos cuando el niño se quejó y levantó las manos en su dirección. Lo tomó en sus brazos. Aún era muy pequeño y ella besó su frente, haciendo que mi corazón se derritiera como un cubo de hielo. — Tiene hambre, mamá.

—Siempre tiene hambre, ¿no es así, Rodney? —arrulló y le sonrió.

—¡Papi! —escuchamos por el pasillo. Nuestra niña, que lucía como una versión en miniatura de _______, entró corriendo y la visión se desvaneció. _______ se sacudió a mi lado, y la jalé más cerca, abrazándola fuertemente, comprensivo.

Presioné los labios contra su cabello y le susurré—: ¿Ves, nena? Vamos a tenerlo todo.

Se inclinó hacia atrás, su rostro húmedo. —Lo quiero todo. Harry Rodney

Sacudí la cabeza. —Lo sé. En realidad nunca entendí por qué lo llamamos así hasta que murió. Es perfecto.

—No puedo esperar —dijo con asombro—. Sé que somos jóvenes y apenas hemos empezado, pero no puedo esperar para sostener a esa pequeña niña en mis manos.

—Lo harás —prometí—. Y todo será perfecto algún día.

Me jaló hacia ella para besarla en sus labios. —Te amo. Gracias.

—Te am —Me interrumpió con un beso, y reí con alegría contra sus labios. Me rendí. La chica era buena con la persuasión. Nos fundimos en las cómodas sábanas blancas. Había sido el que controlaba en la habitación por mucho la mayoría del tiempo. Pero esta noche, _______ ardía en llamas. Me llevó a nuevas cimas en un tiempo récord y simplemente la sostuve e intenté no estallar en llamas. Dios, era ardiente y tan malditamente sexy.

Sin embargo, tuvimos que añadirle mutualización a la mezcla. No era ningún problema. _______ era una potencia hermosa en todo su esplendor y estaba muy ocupado. Tiré de su camiseta por encima de su cabeza y solté un sonido de sorpresa cuando me tiró a la cama. Reí ante su entusiasmo. Sonrió coquetamente con su cabello sobre el rostro.

Pronto me encontraba perdido en mi hermosa chica. Y no estaba listo para ser encontrado.

En la mañana, sabía que algo andaba mal. A pesar que ninguno de los dos tenía su ropa puesta, y casi cada parte de nuestra piel se tocaba, estaba en abstinencia. Gruñí y tragué el dolor de mi garganta. _______ se sobresaltó, despertando, y pasó sus dedos por mi cabello para acercarme más. Finalmente después de largos segundos de pánico, comencé a sentir su toque filtrarse en mí. Suspiró y la jalé más cerca. —¿Qué demonios? — gruñí.

—Estoy comenzando a preocuparme ahora —dijo—. Ayer también se sentía raro, ¿cierto?

Apenas y asentí. —Me pregunto si sólo fuimos nosotros.

Rodé y la llevé conmigo. Se recostó en mi pecho y respiró profundamente. Era casi como si tuviéramos miedo de parar de tocarnos.

—No pasa nada, nena. Vamos y veamos si los otros

Las puertas de la habitación se abrieron de golpe. Liam y Lynne yacían allí, con rostros enojados y asustados.

—¡Hermano, toca la puerta, maldita sea! —grité y levanté la manta hasta la barbilla de _______.

—Tenemos un problema —gruñó Liam como respuesta.

_______ se sentó un poco, llevando la manta consigo. —Lo sabemos. También estamos en abstinencia.

La manta a su alrededor no me era suficiente. —Sal así nos podemos vestir.

Liam resopló. —Eres un

—¡Fuera! —grité—. Lo siento, Lynne.

—No hay problema —aseguró y agarró su brazo—. Venga, cielo.

Dejémosles vestirse.

—Una estupidez —se quedó y pasó por las puertas hasta la arena.

—Bebé —se quedó _______—, sólo está asustado.

—Y tú estás desnuda —gruñí.

—Sí —concordó. Quitó las mantas y caminó hacia la maleta para buscar en ella y sacar algo de ropa. La observé, incluso con todos lo que pasaba, la observé. La vi sonreír y sacudir su cabeza. Me arrojó una camiseta—. Oye, tú, vístete —dijo, riendo.

Así que lo hice, y luego nos encontramos con Lynne y Liam en el porche trasero, donde estaban sentados en la mesa con el parasol. — Genial, ropa —se burló Liam—, ahora, ¿podemos volver al hecho que mi pareja estaba en retiradas esta mañana a pesar que estaba a su lado?

—Mi pareja también —gruñí.

—De acuerdo —intercedió _______ y tomó mi mano—. De acuerdo. Sentémonos y pensemos bien las cosas. Algo pasó. Debimos haber sido sólo nosotros. Seguramente hubiéramos sabido de Peter y los demás si alguien más hubiera tenido este problema, ¿verdad?

Me senté en la silla y jalé a _______ hasta sentarla en mi regazo. No quería estar lejos de su toque ahora mismo. —Sí —suspiré—. Papá hubiera llamado.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora