cuerentena / litcko

*uno

Una media hora después picaron a la puerta, supuse que era Mauro y abrí, ysi, era él.

- Tomá, ayudame - dijo nomas entró dándome varias mochilas que había traído, esto parecía una mudanza.

- ¿Por qué traes tantas cosas? - dije ayudándolo con todo lo que había traído.

- Bueno, a saber cuanto dura esto, y yo tengo mucha ropa - dijo él excusándose - ¿Dormiré con vos?

- Si no te molesta sí - dije y asintió, no se que significaba eso del todo, pero espero que sí duerma conmigo.

Llevamos todas sus cosas a mi habitación, y metimos su ropa en el trozito de armario que ya le pertenecía.

- ¿Jugamos a un fifa? - dijo él sentándose en mi sofá.

- Dale.

Jugamos varias partidas hasta que ya se hizo un poco tarde.

Cociné algo rápido para cenar.

Nos encontrábamos en mi mesa comiendo mientras hablábamos de cualquier estupidez.

- Mauro, tengo sueño - dije después de lavar los platos.

- Pues andá a dormir - dijo el restándole importancia, que seco sos cielo.

- No - dije haciendo pataleta como nene de 5 años.

- ¿Por qué no? ¿No tenías sueño?

- Ysi, pero no quiero dormir solo.

- Pero si siempre dormís solo - ¿tanto te iba a costar? lo lindo no te quita lo tonto.

- Dale Mauro, porfa vení.

- ¿Por qué no podés dormir solo?

- Mauro andate a cagar - dije y subí a mi habitación. Entiendo que sea medio boludo, pero loco no cuesta nada venir a dormir.

Me cambié y me acosté en mi cama, agotado, miles de palos le he tirado a Mauro, y ninguno a captado, ninguno.

Estaba a punto de dormirme, hasta que sentí que mi puerta se abría.

- Matías, perdón - dijo acostándose al lado mío, me hice el dormido.

Se acomodó mejor, nos estábamos dando la espalda, me giré y puse mi mano en su cintura.

- Te hacías el dormido eh - dijo girándose, quedamos cara a cara.

- Tengo sueño - dije repitiendo lo que dije minutos atrás.

- Vení, dormí - dijo abrazándome, acercándome un poco más a él. No me hagas esto Mauro - Buenas noches.

Minutos después caí dormido, entre los brazos de Mauro, mi mejor amigo.

Desperté, ahora era yo quien abrazaba a Mauro. Me removí incómodo en la cama.

- Buenos días Mat - dijo Mauro, y me exalté, no sabía que estaba despierto.

- Me asustaste boludo - dije intentando que no me viera sonrojado, tenerlo tan cerca me causaba nervios.

Intenté levantarme para hacer el desayuno o que sé yo.

Pero Mauro me agarró del brazo y me volvió a acostar en la cama.

- ¿Qué hacés?

- Matías, quedate un rato, tengo sueño.

- Pues andá a dormir, ¿por qué no podés dormir solo? - dije irónicamente, repitiendo lo que me dijo ayer en la noche.

- Porfa, tengo frío.

- ¿Y?

- Abrazame - dijo y me paralicé, ¿desde cuándo le gustan los abrazos? siempre le han incomodado los abrazos, ¿y ahora me estaba pidiendo uno? esta oportunidad no la iba a desaprovechar.

Me acomodé, acercándome más a él para abrazarlo. Nos quedamos un tiempo así, hasta que nos volvimos a dormir.

Me volví a despertar, miré el reloj, las 12:04, ya era tarde.

- Mauro, despertá - dije removiéndolo un poco, pero no se movió ni un pelo - dale Mauro - dije volviendo a moverlo.

Abrió los ojitos levemente, me lo chapaba ahora mismo si no fuese mi mejor amigo.

- ¿Qué hora es? - dijo con esa voz ronca que tanto me encantaba, dios Mauro.

- Tarde. Dormimos mucho.

- ¿Ya es hora de comer?

- Aún no, es pronto para eso.

- Me muero de hambre Matías - bueno, comeme a mí, pensé.

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Holii jkajsja
Como el miércoles es mi cumpleaños, pues subiré dos capítulos de todas las novelas que tengo activas.
Y subiré una nueva novela porq estoy atr dea