*seis

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cuarta semana de cuarentena

Esto me está doliendo mucho, demasiado.

Desde hace unos días Mauro está siendo muy seco conmigo, casi no hablamos mucho durante esta semana.

No lo entiendo. De la nada dejó de abrazarme, duerme dándome la espalda, no me mira a los ojos.

Esto me está haciendo muy mal, ¿por qué es así? ¿Por qué me trata tan mal?

Estaba viendo youtube en el salón, Mauro estaba arriba en mi habitación haciendo a saber qué.

Llevaba tiempo guardando mis lágrimas, ya que siempre estaba él delante, no soporto que me vean llorar.

Y ahora, por fin, pude llorar, desahogarme con lágrimas. Sentía que tenía la culpa de todo.

Capaz la cagué o qsy, a estas alturas, cualquier probabilidad era válida.

Estaba harto, no quiero pasar por esto, lo necesito, necesito a Mauro, él lo es todo para mi, lo único que tengo.

Sin darme cuenta, estaba llorando a mares, quiero desaparecer, no saber nada de esto, olvidarme de todo.

Pero eso no era posible, tenía que aguantar la cruda realidad.

Escuché las escaleras rechinar, ahí estaba Mauro plantado mirándome, mierda.

Sequé mis lágrimas cuanto antes, pero como supuse, él solo pasó de mí, fue a la cocina a buscar algo, y volvió a subir.

Jamás me habia visto llorar, lo hace ahora, por primera vez, y ni si quiera gesticula una simple palabra.

¿Por qué me hacés esto Mauro?

Quería frenar esto, hablar con él de una vez, que esto pare. Estaba decido, no iba a dejar que me hiciese más daño, él no.

Subí a las escaleras, aún con las mejillas un poco húmedas, las piernas me temblaban, no tenía pensado que decir, lo que tenga que pasar, pasará.

Entré a mi habitación, él estaba de espaldas a la puerta.

Pero pude notar que estaba llorando ¿y ahora él por qué lloraba? se sonó la nariz, y secó levemente sus lágrimas.

- Mauro... ¿qué te pasa? ¿por qué me hacés esto? - dije haciéndolo exaltar, giró hacia mí, ambos teníamos los ojos hinchados, de llorar.

Mauro tenía la respiración agitada, la boca abierta, como si no supiese que decir.

- ¿Mauro? Necesito una explicación, no se que he hecho mal, me siento solo, muy mal Mau.

Se acercó a mi, no dijo nada, solo me abrazó. Me abrazó como nunca lo hizo. Sentía demasiado en ese abrazo. Lo necesitaba.

Mauro volvió a llorar, yo si lo había visto llorar alguna vez. Pero jamás como esta vez. No entendía que le pasaba.

Quería volver a estar bien con él, que me haga mimos mientras vemos algo en la televisión, quería volver a dormir abrazado a él, quería volver a sentirme tranquilo a su lado.

Lo quiero demasiado.

Ahora mismo no era el momento para preguntarle el por qué, solo quería disfrutar el tiempo con él.

- Mauro, no quiero que me expliques nada por ahora, vamos a ver una serie abrazados mientras me hacés mimos, te he extrañado.

- Lo siento muchísimo Matías, soy un pelotudo, debería alejarme de vos. Solo te hago mal.

- Mauro, sos muchas cosas, pero la última, pelotudo. Te necesito posta, si te alejás de mi, no se que haría, sos lo más preciado que tengo en mi vida. Sos mucho para mi. Va a sonar muy cursi, pero te amo, y no quiero que lo vuelvas a hacer por favor. Ya hablaremos otro día de esto, por ahora solo vamos a disfrutar nuestro tiempo juntos.

- Matías, te amo - dijo volviendo abrazarme y besando mi mejilla, cómo lo había extrañado dios.

Bajamos al salón, y tal como dije, nos sentamos en el sillón y nos pusimos a ver una serie.

Abrazados mientras Mauro me hacia mimos y yo escuchaba a su corazón latir.

Es algo hermoso, podría quedarme así durante horas y días, incluso toda mi vida.

Mauro es todo lo que necesito.

Sin él no soy nada.

cuerentena / litckoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora