*nueve

1.5K 125 24
                                    

sexta semana de cuarentena

Ayer, ocurrió algo... extraño.

Habíamos pasado todo el día haciendo pelotudeces, como la mayoría de días.

Pero en la noche, mientras estábamos sentados en el sillón y hablando de cosas sin importancia, estábamos bastante cerca, pero nada fuera de lo común.

Mientras hablaba relamió su labio, gesto que hizo que mi mirada fuese hacia bajo, a sus labios.

Son finitos pero parecen suaves, tenía unas ganas de comprobarlo increíbles.

Pude notar como él también bajó su mirada, mirando mis labios también.

Empecé a acercarme de a poco, sabía que después de esto me arrepentiría, pero ya fue.

Y cuando ya estaba muy cerca, el timbre sonó, la comida que habíamos pedido llegó.

La puta madre.

Él siguió toda la noche con normalidad, como si no hubiese pasado nada.

Me impresionaba la tranquilidad con que lo hace todo.

El día de hoy fue algo totalmente normal, nada importante que remarcar.

Me encontraba en el sillón mientras veía una película, Mauro estaba arriba haciendo no se qué.

Mauro se asoma en las escaleras, llamando mi atención.

Se tambaleaba, tenía una botella vacía de vodka en su mano, peleaba para poder quedarse parado, ¿qué hacés Mauro?

- Matías - dijo mientras su voz temblaba por el efecto del alcohol.

- Sos pelotudo Mauro - dije apagando la tele y yendo a ayudarlo para que no se caiga.

- Eu no me hables mal Mati - dijo mientras subíamos y haciendo puchero.

- ¿Posta? Te has bebido una botella entera de alcohol, ¿En qué pensabas boludo?

- En vos - dijo separándose de mi a mitad de pasillo, dejándome descolocado.

Está borracho, solo está diciendo tonterias.

- Vamos a dormir Mauro - dije evadiendo el tema, no quería hacerme más ilusiones.

- No.

- Sí, dale vamos - dije llevándolo hasta mi, casi nuestra, habitación.

Lo cambié, poniéndole su pijama, que consiste en una remara mía, y nos acostamos en la cama.

- ¿Ya te dije que sos lindo? - me dijo a centímetros de mi cara.

- Sí Mauro.

- Te quiero.

- Ya sé Mau.

- No, no sabes.

- Sí Mauro, me lo dices cada día.

- Pero yo te quiero de otra forma - dijo mientras se le cristalizaban los ojos.

Está borracho, solo dice tonterías, repetí en mi mente.

- Dormí Mauro.

- ¿Vos no me querés?

- Sí Mauro, mucho.

- Pero no de la misma forma que yo - dijo él a punto de llorar, dios mío, estaba demasiado cerca.

- No tenés ni idea Mauro.

- ¿Entonces sí? - dijo mientras su cara se prendía, de felicidad, asentí.

Sabía que mañana no recordaría nada, y no quería aprovecharme de eso, sería de cara dura.

- ¿Me das un besito? - dijo acercándose aún más y poniendo morritos.

- No Mauro.

- ¿Por qué no? - dijo volviendo a poner pucherito.

- Nomás éstas borracho, decís tonterías y mañana no te acordaras de nada.

- Pero los borrachos dicen la verdad, ¿no? - dijo mientras me miraba - ¿Ya me puedes dar el besito? Porfa.

- Que no Mauro.

- Entonces no me querés de verdad.

- Sí lo hago.

- Pues dame un beso.

- No boludo, dormí ya.

Moría por darle un beso, obviamente, pero no en estas circunstancias.

Al final Mauro acabó accediendo, durmiendose mientras me hacia mimos en el cabello y daba besitos pequeños por toda mi cara, ojalá poder estar así sin necesitar alcohol.

En la mañana siguiente, todo estaba bien, normal.

Como dije, no se iba a acordar de nada.

Ni mencionó el tema, tampoco pensaba preguntarle el por qué se bebió todo esto, prefiero no saberlo.

---

Me he dado de que he cambiado mucho desde que escribí todo esto, bendita cuarentena, posta.
Les debería hacer un diario mio JAKSJSKSJKS, se creía importante ahre.

cuerentena / litckoWhere stories live. Discover now