Vías del Tren

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Siempre supe que las vías del tren ocultaban algo, y que lo movían por dentro, sabía que tenía historia, sabía que había alguien antes de mí, lo notaba en su patrón de bloqueo, en la forma en la que me contaba su sufrimiento, en como la voz se le cortaba cuando hablaba de su pasado amoroso y en como siempre ocultaba ese maldito tatuaje, era lo que más me dolía y no podía ocultar, era el significado de aquel maldito tatuaje ubicado en la esquina inferior izquierda de su espalda, eso me mataba cada vez que lo sentía sobre mí, porque a pesar de todo, en el fondo yo sabía que Francis no me pertenecía.

Yo no era el indicado para él, y lo sabía. Él mismo lo supo durante todo ese tiempo que estuvo junto a mí, tal vez yo solo fui la grieta que superaron dos personas para llegar a amarse, tal vez yo era la vía y ellos el tren, lo que no saben es que me habían lastimado como nunca.

Como yo había entrado a la escuela y Francis al trabajo, ya no podíamos vernos tan a menudo como antes, yo tenía tareas y proyectos, él tenía eventos o banquetes que atender, nuestros tiempos no cuadraban, y si lo hacían siempre era en la noche, a escondidas en mi cuarto y solo dormíamos juntos. No hacíamos más, todo se iba desvaneciendo con el tiempo, todo lo inesperado pero romántico se iba perdiendo; como las flores que me traía, los dulces o las imágenes de amor que me enviaba diario, sin embargo yo seguía escribiendo, incluso cada vez más, dos cartas por día y todas se las di. Nunca podré olvidar aquella noche en la que le mostré una de muchas y lo único que hizo fue pretender que la leía y besarme como si lo estuvieran obligando, esa noche fue tan fría, tan fría que ni sus abrazos podían calentarme, creo que esa noche yo ya sabía lo que iba a ocurrir, y lo que tenía que hacer, pero no actué porque siempre he creído que las cosas mejoran con el tiempo.

A pesar de que tan mal me han dejado, hasta la fecha sigo creyendo que allá afuera, en otra ciudad, o en otro país, en cualquier rincón debe estar la persona que sea correspondida para mí. Nunca me he soltado la toalla, y al inicio yo llegué a pensar que Francis era el único para mí, que íbamos a crecer juntos, que huiríamos de aquí para vivir tranquilos. 

Siempre tuve ese sueño; en el que me veía a mí junto a él por las calles de alguna ciudad exageradamente iluminada por la noche ambos usando traje y corbata, saliendo a cenar y recorriendo el exterior como dos personas en una cita formal. Tuve ese sueño, y quise hacerlo realidad, pero esa noche, esa noche lo olvidé por completo, hasta ahora. En parte es algo hermoso, porque en una realidad alterna, él y yo por fin somos felices.

Felices mientras caminamos de la mano y una lluvia de estrellas brilla sobre nosotros dejándonos casi ciegos. Puedo ver como en sus ojos se reflejan todas esas luces mientras estoy recargado sobre su hombro, puedo imaginarme a mí acariciando su barba mientras le digo que lo amo, y si pudiera cumplir cualquier situación de este sueño, sería solo estar con él.

Ese día fuimos al cine, tenía tiempo sin verlo, así que me invitó en la tarde ya que se había escapado del trabajo, todo el rato en la función estuvimos abrazados, pero era distinto, como si ambos supiéramos que era todo, que el fin estaba cerca. Yo lo abrazaba tan fuerte y mientras la película avanzaba yo pedía dentro de mí que le agregaran más y más relleno para poder continuar abrazándolo, pero no fue así, mi tiempo estaba contado y yo no quería dejarlo.

Al salir fuimos caminando hasta el punto de la ciudad que divide el centro y el lado norte; las vías del tren. Un lugar tan gris que con tan solo verlo, tus emociones cambian de golpe y empiezas a sentirte triste o melancólico. No entendía por qué me había llevado a ese lugar tan sombrío, hasta que comenzó a hablar.

—Recuerdo que una vez terminé aquí a la cuatro de la mañana con mi anterior pareja, fumábamos cigarrillos y estábamos tan ebrios que este horrible lugar de pronto parecía divertido.

No entendía nada. ¿Qué trataba de decirme con eso? Tal vez solo estaba preparándome para lo que iba a venir, o tal vez me estaba advirtiendo de una manera que no pude ver, pero esa tarde, no me fui; decidí quedarme a escuchar lo que tenía que decir.

—Recuerdos que he dejado atrás, por eso te estoy contado todo esto —hizo una pausa y volteó a verme—. Ahora aquella persona que alguna vez estuvo aquí conmigo; ya no lo está. Sin embargo estás tú, y puedo sentir que eres tú la persona con la que quiero venir ebrio a fumar cigarrillos a las vías del tren.

No podía comprender todo lo que sucedía, no comprendía porqué me decía todo esto, ¿A caso era la confianza que me tenía? No, yo tenía razón, y justo ahora que estoy aquí recordándolo puedo darme cuenta y puedo mencionar detalles que en aquel momento no noté. Sus ojos se estaban tornando rojos y transparentes a la vez, las palabras que salían de aquella boca que me atrapó desde el primer día estaban saliendo poco a poco más cortadas.

Él estaba a punto de derrumbarse por recordar lo que vivió en ese lugar, lo que hizo fue tratar de explicarme; que en verdad extrañaba a su ex novio, y trataba de verse vulnerable para que yo lo entendiera y así ambos no saliéramos lastimados, pero algo falló en su plan, no sé si fue mi cara de desilusión al ver que lo mencionaba, o si en verdad era todo lo hermoso que habíamos pasado juntos, todas las acciones y palabras, las letras y poemas que salían de mi pecho para demostrar el amor que le tenía, o que en el fondo él sabía que tal vez yo sí le hacía bien a su corazón.

Ahora lo veo, y es tan triste que temo no poder seguir contando más.

La noche iba cayendo cada vez más rápido sobre nosotros, las vías se veían más sombrías que nunca, y lo único que hicimos Francis y yo fue caminar hasta que la luna invadió el cielo, y cada quien regresó a su hogar. Yo todavía no me sentía parte de él, pero ese día sin pensarlo, me robó todo lo que alguna vez fui cuando estábamos juntos. Me sentía gris y desde ese momento supe que yo, Carter Collins, no volvería a ser el mismo de antes.

Lo odié por hacerme tanto daño.

Estoy mejor sin élDonde viven las historias. Descúbrelo ahora