Capitulo 36: La llamada.

88 9 4
                                    

El día ya había caído en Alveria, el sol se encontraba en su máximo punto... deslumbrando con imponente vigor a cualquiera que osara abandonar la sombra de sus hogares para exponerse ante un beligerante y opresivo calor que dictaminaba la llegada del medio día a la capital del reino... a pesar de este pequeño inconveniente con el clima, el denominado y famoso grupo de red gammas no encontró esto como una obstrucción para sus planes. Habían quedado de reunirse los integrantes que restaban de este susodicho equipo en conjunto con los guardias restantes del castillo para discutir temas referidos al secuestro de Lopunny... Un tema que últimamente había estado haciendo muchísimo eco en toda la capital en conjunto con la súbita desaparición y presunta muerte de los hermanos scizor y Primarina, a manos de las violentas fauces de una tormenta nocturna en un viaje por barco... El equipo se había hecho bastante pequeño en ausencia de los personajes homónimos.

Charizard, de los red gammas... se encontraba parado en medio de la calle, suspendido frente a una cafetería en donde Lucy solía trabajar, usualmente se reunía en ese local con sus compañeros para discutir sobre todo tipo de banalidades como chismes morbosos, anécdotas o acontecimientos sumamente cotidianos... Realizo una mueca torcida en señal de desagrado, esos recuerdos tan amenos y afables se habían visto manchados con una gota agridulce de tensión y seriedad... el pokemon suspiro y comenzó a caminar hacia la cafetería, empujo la puerta del local provocando que un par de campanas alertaran su entrada... en consecuencia, el resto de los pokemon del local fijaron sus miradas sobre el enorme cuerpo del pokemon fuego/volador... entre ellos se encontraba su grupo predilecto de colegas en conjunto con los reclutas del castillo:

Gallade, quien tenía una mirada de tensión y preocupación sobrehumana y que se podía oler a kilómetros de distancia, Blaziken... tan inexpresivo e indiferente como era de costumbre, cruzado de brazos en la esquina de un gabinete circular en donde se distribuían todos sus compañeros... Lycanroc nocturno con una actitud similar a la de Blaziken, solo que su distanciamiento y hostilidad apuntaban evidentemente hacia el susodicho pokemon... intentando intimidarlo con sus pupilas rojas sedientas de sangre... Por un segundo este desvío su mirada hacia Charizard y esbozo una sutil sonrisa, también se encontraba Chesnaugth quien estaba muy entretenido tecleando rápidamente en su teléfono... supuestamente el acceso a la tecnología estaba prohibido para los guardias de Alveria pero este exhorto era constantemente ignorado por el pokemon... Para finalizar, también los acompañaba la... ¿Princesa? Gardevoir estaba cruzada de brazos en una esquina de gabinete, observando de forma dominante a todo su reducido grupo de reclutas... Charizard no hizo esperar más y camino hasta sentarse en la esquina opuesta a la que se encontraba la princesa... empujando levemente a Gallade en el proceso.

- Bueno chicos... ¿Qué van a ordenar? – Pregunto Charizard.

- ¿Bueno estás loco Charizard? No vinimos a reunirnos y a platicar como si fuera nuestra hora libre... tenemos que encontrar a mi amiga inmediatamente. No soporto la idea de que ese degenerado de Sableye pueda estar haciéndole algo, como maltratándola o cometiendo abusos sexuales... o incluso la posibilidad de que este muerta, simplemente no quiero considerarla.

Tenemos que formular una estrategia para tratar de encontrarlos... así que presten atención porque esto es lo que haremos – La princesa despejo la mesa con un rápido ademan de sus manos, arrojando al suelo todo tipo de obstrucciones como saleros o decorativos... claro que el sonido del cristal reventando contra el suelo fue algo que despertó la atención de todos en el local... pero no le daba mayor importancia a sus imprudencias, ella era la princesa.

En su lugar coloco un mapa de la ciudad, expandiéndolo cual cartulina sobre la mesa, las esquinas aún se replegaban por lo que el resto del equipo tuvo que sujetarse de cada una para mantener el mapa firme.

Gallade y la LunaWhere stories live. Discover now