Una mañana que se podría pensar que es como cualquier otra, una mujer de hermoso cabello castaño se encontraba, despertándose. Estiro su cuerpo por la cama, mientras sentía un vacio junto a ella como en su corazón. La mujer de aristocrática familia, se sentó en el borde de la cama, resoplo pensando en que ese dia tenia que hacer algo que iba en contra de sus enseñanzas, pero lo ameritaba era ahora o nunca, claro no se lo dejaría tan fácil pero tenia que dar a entender muchas cosas, aun no comprendía en que momento se dejo convencer, ahora lo recordaba su cuñada, esa leona debió haber quedado en Slytherin es una manipuladora. Aun recordaba lo que paso en esa tarde de te.
La joven Señora Malfoy estaba en su salón privado tomando una tasa de te con su cuñada, ambas charlaban animadamente sobre los preparativos de la boda, la mujer frente a ella, después de haber desecho el hechizo que estaba sobre ella, había cambiado mucho, simplemente era hermosa. Estaban en medio de una platica de los estudios de la nueva rubia, cuando la elfina personal de la heredera Malfoy apareció indicando que tenia visitas.
- ¿de quien se trata?,- cuestiono dulcemente.
- De la señorita Pansy Parkinson,- la mujer de Draco, soltó un bufido, que después trato de disimular con una tos, no era propio de una dama, demostrar sus emociones. Momentos después las puertas eran abiertas del pequeño salón para dar la entrada a una hermosa mujer de larga cabellera negra y verde mirada. La castaña se tenso al ver a la mujer que siempre había considerado su mayor enemiga, mientras que su cuñada se levantaba de su silla para saludarla.
- Pansy,- le dijo alegremente.
- Hermione,- ambas se saludaron.
- Ya conoces a Astoria,- cuestiono la futura Sra. Snape.
- Greengrass,- dijo secamente la pelinegra, mientras se sentaba cómodamente.
- Parkinson,- dijo de la misma forma contante, la heroína de guerra sintió un escalofrió, ya que al ver la mirada de ambas, sabia que tarde o temprano alguien estallaría, solo que jamás imagino lo que vendría. La pelinegra comenzó a charlas con Hermione, sobre cosas del ministerio, en realidad ella iba para hablar de Harry, pero al estar su cuñada con ellas, pensó que no querría hablar frente a la mujer de su hermano, de igual forma las miradas que ambas se daban, era para comprender que no eran amigas, cosa rara pensó la heredera Malfoy ya que habían ido a la misma casa.
- Asi que dime que onda con Snape,- hablo la pelinegra con cara picara, desde hace unos minutos, la conversación se había centrado sobre el futuro esposo de Hermione,- es sensual, que mas podías pedir, tiene cara de amargado pero eso no le quita que ese aire misterioso sea atractivo,- hablo la auror mientras comía una galleta.
- Pero es Snape, me cuesta verlo de esa forma, si no niego que su mirada su postura, esa forma de comportarse en innegablemente maravillosa además su aire misterioso es impresionante pero no me hagas pensar en la intimidad con el,- lo ultimo lo dijo con las mejillas rojas.
- Pero será tu esposo habrá intimidad, además con su experiencia, podrá ser una experiencia increíble,- levanto una ceja de forma sugerente,- además a un hombre no le gusta una mujer tímida,- afirmo la pelinegra.
- Pero tampoco le gusta una cualquiera,- dijo Astoria con la boca pegada a su tasa de te, en un susurro, ambas brujas captaron el comentario, la pelinegra sonrio aun con la mirada sobre Hermione, mientras la heredera Malfoy, solo sonreía nerviosa, suplicaba que el suelo se abriera, y pudiera caer en una hoyo, la situación era de menos incomoda, hasta que la cuñada de Hermione, se puso de pie,- me retiro te dejo con tu invitada,- recalco el hecho de que la pelinegra era invitada de su cuñada y no de ella.
ESTÁS LEYENDO
Aprendiendo a vivir
RomanceDos años después de la guerra, Hermione descubre que es en realidad una Malfoy, pero no solo tendrá que acostumbrarse a la idea, de pertenecer a la familia que mas desprecia, también debe hacerse a la idea de que esta atada a la persona que menos es...