CAPÍTULO 2

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ANDREA

El día seguía igual al de ayer. La nieve no cesaba. Esta mañana Santiago me avisó de la hora a la cual iba a venir a recogerme esta tarde para realizar nuestros planes. Ahora estamos en su coche de camino a su apartamento. No es que se diga que haya mucho tráfico, pero la nieve no ayuda a los coches a poder circular bien, por lo que debemos parar cada cierto tiempo. Es como un atasco, pero con pocos coches. De verdad que me encanta la nieve, pero.....cuando surgen estas complicaciones......hace que odie este tiempo con toda mi alma.

Después de recibir la llamada de Santi esta mañana hice lo mismo de todos los sábados: seguir durmiendo hasta la hora de comer.
Me encanta dormir. Es una de mis pasiones. Si pudiera dormiría las veinticuatro horas del día.
La otra es la forografía. Desde pequeña me encantaba quitarle el móvil a mi madre y llenárselo de fotos. Por lo que, al final, tuvieron que comprarme una cámara digital pequeña. Así ya no usaría su móvil.
Cuando crecí, me compraron una Canon EOS 7D Mark II en mi décimo sexto cumpleaños. Desde entonces la tengo. La amo. Es mi tesoro más preciado. Después van Santi y mis padres.

Creo que me salí del guión. En fin. Como os iba contando, Santi y yo íbamos en su coche hacia su casa. Cuando llegamos, aparcó el coche en el parking y entramos a su apartamento. Por lo que me dijo en la llamada, lo tenía preparado todo para pasar la tarde y la noche; y al parecer era así. Nos sentamos y acomodamos en su gran sofá y nos pusimos a elegir la película la cual ver mientras se hacían las palomitas.
Santi me dijo que de la cena también se ocupaba él, pues no es por presumir, pero mi novio es el mejor chef de todos.
Una vez que ya estaban las palomitas listas y la película escogida, nos pusimos a verla mientras estábamos arropados con una bata-manta para dos. Fue mi regalo de aniversario el año pasado.
Íbamos por la mitad de la película (la cual por cierto está muy bien) cuando llamaron a Santiago. La primera llamada no la cogió; y la segunda menos. Cuando llamaron por tercera vez......

- Santi, amor, deberías cogerlo. Si insisten tantos, es que será importante. -No soportaba el odioso ruido de ese trasto, pues por su culpa no se oía bien la película.

- No, amor. Te prometí que pasaríamos todo el tiempo juntos sin ninguna interrupción. -Me dijo con una enorme sonrisa. Pero no me pasó desapercibida lo incómodo que estaba ante la llamada y cómo se tensó en cuanto vio quien era el propietario de dicha llamada.

- Lo sé. Pero esque ese sonido me está molestando. Y si te llaman tantas veces y tan seguido es porque será una emergencia. No te preocupes, no me molesta. Si quieres, paro la película mientras atiendes a la llamada y así no te pierdes nada. - Le dije con una sonrisa. Pues era cierto, no me molestaba. Además de que debe de ser algo importante si la persona que llama insiste tanto.

- No, tranquila. No hace falta que pares la película. Puedes continuar viéndola. No tardaré nada en contestar. Además, sé que me contarás lo que sucedió en la peli en mi ausencia.

Y así se fue hasta su cuarto, donde se encerró para atender la llamada. Yo mientras continué viendo la película mientras comía palomitas y bebía mi refresco.

(••••)

Habían pasado 15 minutos y Santi aún no salía. De seguro que la llamada era muy importante. Paré la película y me levanté para ir a ver si Santi estaba bien, cuando de repente mi móvil empezó a sonar. Al principio me quedé pensando quien podría ser, pero en cuanto vi el nombre en la pantalla, dudé en si coger el móvil o no, pues era un núnero desconocido.
Al final opté por cogerlo, de todas formas, la curiosidad podía más conmigo.

- ¿Hola?

- Hola. ¿Andrea? -Su voz se me hacía familiar. Bastante familiar, pero no caí en cuantas de quien era. Era una voz masculina, muy varonil y grave.

SANTIDREADonde viven las historias. Descúbrelo ahora