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Pov. Marti

Después de ese sábado, me quedé a dormir y al otro día me fui a mi casa, porque mi mamá me llenó de llamadas y sabía que cuando volviera iba a tener un interrogatorio. Y así fue. Solo que no le conté que fui a casa de Paula.

Hoy por fin, empezamos el entrenamiento de Handball y este año nos va a tocar, tres veces a la semana, martes, miércoles y jueves, además yo tengo mis salidas correr de todos los días, así que me voy a morir. Me olvidé de decirles, después de empezar mi entrenamiento en el colegio, salgo todos los días a correr, por lo menos 40 minutos.

Volviendo al entrenamiento, este año consiguieron un Preparador Físico y nos mata. Estamos una hora haciendo de todo y lo peor es que después tenemos otra hora más de técnico. Osea esta bueno tenerlo pero no puede hacer tantas cosas la primera clase, por suerte yo trabajé todo el verano y estoy bien, pero hay amigas mías que están al borde del desmayo.

Al final me fui a las duchas, ya no había nadie porque yo me quedo un rato más tirando al arco sola y todas las chicas se van.

Me estaba duchando todo normal, cuando siento que la puerta se abre. Yo pensé que era la profesora o el P.F entonces seguí todo normal. De la nada siento que me agarran de la cintura.

- Sos muy sexy cuando jugás.- Me di cuenta de que era Paula, con su voz más ronca de lo normal, y largué un suspiro.

Me empezó a hacer círculos en los abdominales, mientras me besaba el cuello, en ese momento yo ya estaba muriendo y gimiendo un poco.

- Me encanta que tengas los abdominales marcados, sos hermosa.- Sentí una sacudida al escuchar eso. La verdad, si los tenia marcados, pero solo por el deporte.

-Paula... nos.. pue..den ver. - ero ella no paraba, al contrario empezó a masajear uno de mis pechos.

De un momento a otro me da vuelta y me pega a la pared. Se agacha y me empieza a la lamer mi centro y yo ya estaba en el cielo y empecé a gemir más fuerte. Por suerte si alguien entraba no podían ver a Paula por las paredes que separaban las duchas, pero a mi si.

Yo no paraba de gemir cuando siento que empieza a meter dos dedos adentro mío. Cada vez era peor y gemía más fuerte que tenia miedo que me escucharan. Después de unos minutos del mete-saca ya había llegado al final. Me agaché y quedé a la misma altura que Paula. La miré a los ojos y después la besé probando mis fluidos.

- Te amo- me dijo en un susurro viéndome a la cara.

- Yo también... y mucho.

Nos quedamos ahí hasta que recupere la respiración y salí, a comprobar de qué no haya nadie.

Como no había nadie Paula y yo salimos normal y nos fuimos en su auto.

- ¿Me viste entrenar?

- Si, además la profesora de Handball me dijo si podía ir. Es con la que mejor me llevo y capaz cuando haya algún viaje los finde, yo vaya.- Me miro con cara de pervertida y yo solté una carcajada.

- Bueno, yo no tendría problema en compartir habitación. Normalmente hay una chica que se queda sola o va con un profe, este año voy por lo segundo. - Le susurré esto último al oido y siento como se le erizan los pelos.

Le agarré la mano y durante el trayecto que sigue no hablamos más. Bueno en realidad, no hablamos, pero si cantamos algunas canciones a todo pulmón como "Ayer te vi".
Cuando estacionó al frente de mi casa nos miramos y nos empezamos a reír, definitivamente esto era lo que yo quería en una relación. Esto era lo que yo esperaba. Dejé de reírme solo para ver como ella se reía y todavía no puedo encajar como era ella la misma que estaba el primer día de clases en el auto sin ningún tipo de emoción. Todavía no encaja.

The hurting, the healing, the lovingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora