Bichen y Suibian

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Con un nuevo año en Hogwarts, Wei Ying saltaba de alegría, volver a la escuela era lo que más ansiaba, había disfrutado pasar tiempo con su familia, pero ya añoraba el colegio.

Tal como recordaba el año pasado la cena era de lo mejor, extrañó el ambiente en todo ese tiempo que estuvo de vacaciones. Sus amigos también se veían renovados.

Para unos era extraño ver a Gryffindor y Slytherin relacionarse tan bien, pero era algo que la gente se empezaba acostumbrar. Wei Ying en su segundo año empezó a ganar fama en el colegio, no solo por lo bueno que era en ciertas cosas, también por los líos en los que se metía a cada rato.

Recién iba iniciando el nuevo año cuando se escuchó un grito resonar por todo el lugar.

—¡Wei WuXian! ¡Regresa aquí inmediatamente! —Jiang Cheng iba tras su hermano más furioso de lo que alguna vez pudo estar. — ¡Te lo advierto! ¡Si vuelves a dejar calvo a mi gato asaré a tu conejo!

Wei Ying sólo podía correr con su vida sosteniendo a su felpudo amigo para mantenerlo a salvo. Por descuido sintió chocar contra alguien. Miró hacia el frente y pudo notar como unos ojos dorados lo miraban con molestia.

—¡Lan Zhan! —no dejó que el otro contestara, de forma rápida lo tomó del brazo y lo guio a otro pasillo.

Jiang Cheng rugía furioso pasando de largo el lugar donde estaban escondidos.

—Eso... estuvo cerca— con voz jadeante se apoyó en la pared. Solo después de analizar lo ocurrido empezó a ponerse nerviosos al notar como había chocado y arrastrado al Lan.—Lo siento por todo eso, no me fijé.

—Tú nunca te fijas —con eso Lan WangJi dejó el lugar.

Con una sonrisa Wei Ying lo vio alejarse, le divertía su seriedad, con doce años el chico parecía so saber reír. De una manga sacó a su conejo que lucía bien a pesar de todo el ajetreo.

—Tranquilo Jiang Cheng jamás no encontrará— acarició las largas orejas de la bola de pelos color negro.

Una voz resonó a sus espaldas.

—¿Eso crees?— un joven con túnicas de Slytherin lo miraba sin una pista de gracia.

—¡Ayuda!— volvió a emprender la carrera.

Las clases cada vez adquirían cierto grado de dificultad, y eso a unos les motivaban, mientras que a otros parecía no agradarles en lo absoluto.

—¡Soy pésimo en defensa contra las artes oscuras!—gritó Nie HuaiSang— ¡Hasta Wen Ning es mejor que yo!

Alguien más se hubiera ofendido, pero Wen Ning solo pudo darle unas palmadas en la espalda a su amigo.

—Mira el lado bueno, la herbolaria y pociones se te da muy bien...— el Wen trató de animarlo.

—No entiendo como WuXian es tan bueno en casi todo, ¡Ni siquiera estudia en exámenes!... —con depresión jaló sus cabellos—. Apenas va iniciando el año y parece que ya tengo varias materias arrastrando, si mi hermano se entera ¡Me mata!

—No todos son como el idiota de WuXian, así que mejor sigue practicado y deja de quejarte— comentó sin interés Jiang Cheng mientras hacía su tarea.

Solo después de un silencio todos se percataron de algo.

¿Dónde estaba Wei WuXian?

En la biblioteca Wei Ying se escondía entró los estantes de libros y miraba a la distancia a cierto chico de Ravenclaw leer una pila de libros, de vez en cuando escribía en una libreta que tenía abierta, se sorprendía de lo aburrido que podía ser alguien tan joven, estaba convencido de que tenía la obligación de sacarlo de su caparazón de erudito. Lan WangJi debía de divertirse.
Un ruido de algo cayendo le llamó la atención a WuXian, pero sólo era una chica a la cual se le había resbalado un libro de todo el montón que cargaba. De forma rápida se acercó a recoger y regresarle el libro. Con voz una sonrisa la niña se retiró, se notaba que era de las de primer año.

El Chico De RavenclawWhere stories live. Discover now