Capítulo 29

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P.O.V Jared

¿Por qué ahora? ¿Por qué justo ahora Kattia decide pedirme perdón? Pudo haberlo hecho mucho tiempo atrás y justo cuando estoy mirando mis posibilidades de ignorarla y aceptar a Cristo ella decide pedirme perdón.

—Está bien Kat, está bien — es todo lo que puedo decirle.

Mi celular comienza a sonar y lo saco de mi bolsillo verificando una llamada de Alilay.

Hola Alilay — la saludo.

Jared, te fuiste muy rápido, ni siquiera te despediste — dice y yo suelto un suspiro.

Lo siento tuve que irme — le digo y ella suelta un suspiro.

Cómo sea, mañana hay culto a las nueve de la mañana, espero verte aquí — me dice.

Claro ahí estaré — digo, porque quiero ir,en verdad quiero ir.

Aquí te esperamos, bendiciones Jared — me dice y yo sonrío.

Bendiciones para ti también — termino la llamada y Kattia me ve con los brazos cruzados.

—¿Es cristiana? — me pregunta y yo ruedo los ojos.

—Lo es — es todo lo que le respondo y me meto al armario para cambiarme la ropa.

—¿Dónde estabas Jared? — me pregunta y yo me pongo una pijama de pantalón corto y la veo a los ojos.

—En la iglesia Kat, estaba en la iglesia — le digo y ella me ve molesta.

—¿Exactamente qué hacía ahí?

—Vendiendo crispetas Kattia, eso hacia — le digo y ruedo los ojos. Ella suelta aire.

—CJ — me llama suave

—Alilay y Allen me invitaron así que fui — le respondo.

—¿Ahora eres cristiano? — me pregunta y yo suelto un aire. La miro a los ojos y siento ganas de llorar.

¿Por qué ella me importa tanto? ¿Por qué no puedo simplemente renunciar a ella? Yo quiero correr a los brazo de Dios, pero el recuerdo de aquella chica diciéndome lo mal que se encontraba el alma de Kattia. Yo no la puedo dejar sola, quiero verla bien, quiero que esté bien.

—Kattia — la llamo en un tono suave y la expresión de su rostro se hace suave. Le doy la mano y ella no aleja su vista. —¿Por qué me importas tanto? ¿Qué carajos fue lo que me hiciste? — le pregunto y ella sonríe.
Pero no lo digo en forma de broma, no entiendo qué está mal conmigo, algo tiene que estar inmensamente mal en mi como para que no pueda simplemente dar el paso.

Ella sonríe, pero al ver mi expresión su sonrisa disminuye. —¿Estás bien? — me pregunta y yo niego con la cabeza.

—Nada está bien — digo y sintiendo una corriente muy similar a la que había sentido cuando estaba en la iglesia comienzo a llorar.

Las palabras de la pastora aún me resuenan en la mente y es que tiene razón. ¿Cómo puedo ser digno de tener al Espíritu Santo si ni siquiera puedo rechazar a mi esposa por causa de Dios? No puedo ser digno si no puedo negarme a ella por amor de Dios.
Siento y la sensación está más fuerte y yo no puedo dejar de llorar.

—¿Jared? — me llama Kattia y yo niego con la cabeza. —¿Cariño? ¿Te sucedió algo? — me pregunta y me acaricia la espalda mientras me abraza.

Yo trato de calmarme y tomo aire, me limpio las lágrimas y me quedo ahí en medio del abrazo.

—¿Te pasó algo? — me pregunta de nuevo.

Give Me Faith © | Novela CristianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora