#Sieben

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- ¿Qué tal se siente en un evento como este Kim? -la alfa susurro en su oído una vez entraron a la recepción del evento-

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- ¿Qué tal se siente en un evento como este Kim? -la alfa susurro en su oído una vez entraron a la recepción del evento-

- Incómoda -sonrió forzadamente, se sentía incomoda con el vestido pegandose a su cuerpo y todas las miradas sobre ellas-

- Manten una sonrisa, alguien se acerca -dijo mientras la acercaba a ella-

- Señora Manoban -el señor Okumura se aproximó sonriente- espero que disfrute la velada que preparamos para usted -sonrió de manera forzada llamando a un mesero para pedir una copa-

Manoban aceptó la copa olfateandola ligeramente, asíntio levemente antes de tomar un trago sin despegar su mirada del señor Okumura quien se removió un poco incómodo antes de parar en mi.

- No sabía que vendría señorita Kim -dijo apretando los dientes no se veía muy contento-

- Fue algo de imprevisto -trato de evitar su mirada, no notando el atisbo malicioso que cruzó por ella-

- Yo le traeré algo Jennie -sonrió un poco y se perdió entre la gente-

- ¿Tengo que aceptar? -le preguntó a Manoban-

- depende, si eres capaz de negarte hazlo -la omega apreto los labios en una fina línea, no le generaba confianza-

Pero en cuanto termina de hablar el señor Okumura llega con 2 copas en mano.

- Esta es para ti Jennie -sonrió extendiéndosela y no sintió capaz de rechazarla así que la tomó- Propongo un brindis por la firma del contrato -alzo su copa y ambos le siguieron- ¡Salud! -

- ¡Salud! -corearon ambas chocando ligeramente sus copas para dar un trago-

Ciertamente después del brindis todo había transcurrido con tranquilidad, Manoban hablaba con algunos inversionistas que reparan poco en ella y se preguntó si así habría sido su vida si la hubiera aceptado años atrás, estaba funcionando casi como una dama de compañía y eso le revolvió el estómago de manera desagradable.

- Kim -la alfa la llamó sacándola de sus pensamientos- ¿tomaste algún potenciador de aroma?

La omega negó sin entender bien a dónde quería llegar con su pregunta, se sentía algo perdida y mareada, mala señal, giro alrededor buscando a algún otro omega solo dando con uno masculino que la ignoro colgándose del brazo de un hombre mayor.

- controla tus feromonas un poco entonces, nos estás poniendo como foco de atención -dijo sonriendo forzadamente a un alfa que se acercó-

Su voz cada vez se escuchaba más distante, pero entre la confusión que sentía en su cabeza, reconoció un aroma que le provocó arcadas, se sentía extremadamente sensible y tenía la vista nublada ¿que le habían dado?

- Damela -escucho la voz del portador del aroma repugnante- yo me haré cargo de ella -se removió incomoda ante la voz soltando un quejido lastimero que puso en alerta a los alfas del lugar, quería que alguien la cuidara en ese momento ni siquiera sentía estar consciente del todo-

- Señor Okumura -escucho una voz más potente que la anterior- le pido que deje a la Señorita Kim en paz, no se siente cómoda con usted y está montando una escena -sintió su cuerpo vibrar con anticipación por la alfa, su voz la ponía dócil y adormilada- así que le ordenó suelte su brazo y se retire -

(...)
- Quedate quieta Kim -le dijo la alfa tirandola a la cama- no estas en condiciones de hacer algo --

Ella suelta un quejido y la alfa no hizo más que sobarse el puente de la nariz, estaba tan perdida en sus instintos que no sabía si era su secretaria con cara de matar al mundo y complejo de superioridad.

- Alfa -dijo y ella giro- tengo calor, ayúdame -sus ojos estaban ámbar desde que habían salido de la fiesta y el lobo de la alfa de encontraba tan callado que era incluso extraño-

Sintió una sensación horrible recorrerle la espina dorsal hasta la nuca provocando un escalofrío que se extendió por todo su cuerpo.

Se dio cuenta que Rosé no había tardado en encontrar a alguien para pasar la noche.

- ¡Alfa! -grito la omega tratando de llamar se atención-

Nego con la cabeza y se inclino a su maleta buscando supresores, pero si le habían dado alguna droga podría ser contraproducente medicarla.

Suspirando se decidió por salir de ahí hasta que el dichoso efecto de lo que sea que dieron pasará.

Se dio la vuelta caminando a la puerta con calma hasta que sintió como le tomaban el brazo y la tumbaban a la cama posandose sobre ella.

- maldita sea omega ¿tantas ganas tienes de que te folle? -

- maldita sea omega ¿tantas ganas tienes de que te folle? -

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09/08/2020

Posiblemente comience con actualizaciones más seguidas ahora que estoy curada, esperenlas con ansias.

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