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El más bajo asintió. El menor seguía muy confundido. Quizás y el chico se había equivocado de persona y lo estaba confundiendo con algún conocido -eso fue lo que el menor pensó.

—Creo que te equivocas -se rasco la nuca nerviosamente mientras se agachaba para ayudarle a recoger sus libros.

—No, no me equivoco -respondió mientras lo veía en el suelo agachado ayudando a recoger sus libros. Estaba en shock aún, no podía creer que después de tanto tiempo volvía a ver a su mejor amigo. Que se veía distinto obviamente con ese color de tinte y su forma de vestir también había cambiado. Pareciera como si todo lo que estuviera usando para vestir en ese momento costara una cantidad enorme de dinero.

—No quiero ser grosero pero, lo haces, estás completamente equivocado -se levantó con los libros en sus manos y después se los brindó al pelinegro. —Si me disculpas, tengo un compromiso -mintió mientras reverenciaba un poco con la cabeza para después alejarse al chico ese.

Park Jimin lo tomó del brazo antes de que se alejara por completo. No dejaría que su mejor amigo desapareciera de nuevo. No lo permitiría. —Eres Jeon Jeongguk -dijo el pelinegro mirándolo a los ojos.

Jeongguk sintió un pequeño escalofrío recorrer su cuerpo y mientras lo veía a los ojos el fuerte pitido volvió a resonar en sus oídos, Jeongguk se agachó de nuevo cubriendo sus orejas para tratar de dejar de escuchar ese sonido que lo lastimaba demasiado. Cuando se detuvo de nuevo se levantó y encaró al mayor.

—Mi nombre es Choi Soojin, no soy Jeon Jungkook, o como se diga -rodó los ojos y después se alejó mirando mal al pelinegro.

Jimin bufó para sus adentros pero aún así lo siguió, no volvería a cometer el mismo error de dejarlo solo.

—¿Por que me estás siguiendo? -preguntó Jeongguk mientras caminaba a paso lento.

—Solo dame una oportunidad, por favor -pidió juntando sus dos manos deteniéndole el paso a Jeongguk ya que se le había colocado Justo frente a su camino.

—¿Para que? -alzó la vista de su móvil y volteó a verlo a los ojos.

—Para hablar conmigo, déjame explicarte porque pienso -se quedó callado un momento —porque sé -se corrigió. —que eres Jeongguk -pidió haciendo un corto puchero en sus labios.

Jeongguk bufó y después de vario rato de estar tratando de convencerlo mientras caminaban, el menor aceptó.

...

Se encontraban comiendo ramen en una tienda de víveres sentados frente al gran ventanal que dejaba ver a los automóviles pasar y a las personas caminar.

Cuando terminaron, Jimin aclaró su garganta y volteó a ver al menor. Jeongguk sintió su mirada y decidió verlo también. —Naciste el 1 de septiembre de 1997 en Mandeok-dong, Busan, Corea del Sur -terminó el pelinegro para después beber de su lata de cerveza.

Jeongguk rió para sus adentros al escuchar esa gran mentira sobre el. —Te equivocas, nací el 18 de abril de 1997 aquí en Seúl -contó Jeongguk sonriente mientras cruzaba sus piernas para sentirse más cómodo al estar sentado allí.

—Soy tu mejor amigo, Park Jimin, nos conocemos desde hace mucho tiempo, ¿no recuerdas lo que te ocurrió en nuestro último año de escuela? -preguntó confundido Jimin, pero necesitaba respuestas de en donde había estado todo este tiempo.

—Mi mejor amigo se llama Kim Yugyeom -soltó el menor lastimando un poco el ego de su antiguo mejor amigo. —Está es la primera vez que te veo, y jamás estudiamos en ninguna escuela juntos -rió.

Jimin estaba muy enfadado y confundido al mismo tiempo. No sabía que decir o que hacer para que el chico le creyera. Hasta que se le vino una muy buena idea a la cabeza. Sacó su teléfono móvil del bolsillo trasero de su pantalón y comenzó a buscar el álbum donde tenía fotos con su mejor amigo antes de que pasara el accidente. Cuando por fin encontró una volteó a verlo sonriente y Jeongguk estaba agachado bajo la barra de el lugar, jalo del brazo al mayor y este se cayó junto a él.

—¿Que ocu- no lo dejó terminar de pronunciar palabra ya que le tapó la boca con su mano.

—Shh -susurró.

Jimin estaba confundido más no poder. El menor aún tenía una mano en su brazo y la otra en la boca del mayor; el pelinegro notó que tenía la mirada perdida y estaba temblando.

—¿Estas bien? -preguntó en un susurro casi inaudible tomando su mano para acariciarla.

Jeongguk se veía muy asustado y preocupado al mismo tiempo, temblaba demasiado y sus manos estaban sudando, sin previo viso recostó su cabeza en el hombro del mayor para que no lo vieran de esa forma, y menos esa persona que se encontraba en ese lugar junto a ellos en ese mismo momento.

Jimin acarició su cabello y luego el teléfono de Jeongguk comenzó a sonar en su bolsillo.

—Apágalo apágalo -pidió en un susurro junto a su oído. Jimin asintió y lo sacó del bolsillo de su chaqueta al instante y cortó la llamada y después apagó el teléfono móvil.

Seungmin se acercó a ese lugar ya que se comería su ramen instantáneo allí, peor solo habían dos lugares y los dos ya estaban ocupados, según.

—¿Siguen ocupando los lugares? -le preguntó al pelinegro y este al instante sintió como Jeongguk se tensaba en su hombro. Supo que algo andaba mal, y averiguaría que estaba ocurriendo tarde o temprano.

—No, de hecho ya nos íbamos -mintió para después tratar de levantarse con el menor que aún tenía su rostro en su hombro para esconderse pero este no cedía a levantarse.

—No no no -le susurro al odio.

—Estarás bien -le susurro Jimin y después Jeongguk accedió y se levantó lentamente aún escondiendo su rostro en el hombro, lo bueno que la capucha de su suéter le quedaba grande, su rostro no se veía para nada. Jimin tomó la mochila del menor y metió sus propios libros allí. Caminaron lentamente hacia la salida de la tienda de víveres tomados de la mano después de que Jeongguk se apartó de su hombro y mantenía la cabeza gacha en todo momento.

Suspiró después de salir de allí. Se sentía completamente aliviado. Se sentaron en una parada de autobuses sin decir nada con un silencio muy incómodo a su al rededor. Hasta que Jeongguk decidió hablar.

—Gracias -soltó reverenciando con su cabeza.

—No agradezcas -le sonrió y después desordenó su capucha y la tiró hacia atrás haciendo que su cabeza y rostro se descubrieran. Jeongguk solo sonrió, no le importó ya no estarse cubriendo, ya que ya no estaban cerca del mayor.

El semáforo se puso en rojo y como había mucho tráfico se detuvieron los automóviles en fila. Un automóvil deportivo rojo bajó su vidrio al instante y miró esa escena, trató de enfocarse mejor y ahí estaba, a la persona que llevaba buscando tanto tiempo. Sonrió para sus adentros y empezó a subir su vidrio templado cuando vio el semáforo ponerse en verde. Se topó con la mirada que cruzó con el menor, y este al instante se empezó a preocupar y se puso nervioso tanto que bajó su mirada y comenzó a temblar nuevamente. Por fin lo encontró -pensó emocionado Choi Seungmin.

𝙎𝙪𝙞𝙘𝙞𝙙𝙚 𝙗𝙧𝙞𝙙𝙜𝙚; 𝙫𝙠𝙤𝙤𝙠.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora