d i e c i o c h o

12.6K 1.1K 270
                                    

Al día siguiente, Maia despertó con Finnick al lado, sintiendo ese impulso de pararse y alejarse, pero se mantuvo justo donde estaba

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al día siguiente, Maia despertó con Finnick al lado, sintiendo ese impulso de pararse y alejarse, pero se mantuvo justo donde estaba. Acabó por voltear a ver al rubio, con sus cuerpos uno frente al otro, al igual que sus rostros.

Sonrió al ver a Finnick, tan tranquilo, con el rostro relajado, sin ninguna expresión que lo aquejara.

—Es difícil dormir si estás mirándome —se quejó Finnick, sin abrir los ojos.

—Bien, iré a ducharme —dijo Maia, aprovechando la situación para salir de ahí.

Finnick la detuvo del brazo.

—¿Quién te dijo que te fueras?

Maia reunió todo el valor que tenía para volver a acomodarse frente a Finnick, quien no tardó en abrir los ojos. Casi sintió cómo se desmayaba, cómo iba a lograr escaparse cuando la miraba así; con tanto... ni siquiera sabía qué había en su mirada, pero sus ojos parecían resplandecer cada vez que la veía, además de los constantes esfuerzos del destino por unirlos, no podía ser coincidencia, ¿o si? No lo sabía. Pero le gustaba creer que eso que la unía a Finnick era algo más allá.

La forma en que conectaban podía sentirse en cuanto alguno de los dos abría la boca, o cuando sus cuerpos se tocaban, quedando perfectamente unidos, como si fueran las piezas correctas de un rompecabezas. O cuando se habían besado... fue como si todo estuviera completo.

Se quedaron así, mirándose. Maia sabía lo ridículos que se veían, cualquiera que los viera en ese momento probablemente se burlaría; pero nadie lo hizo. Sólo estaban ellos dos, observándose.

—¿Por qué tiene que ser así, Maia? —susurró Finnick, acariciándole el rostro.

Maia sentía cómo quemaba el contacto de la piel de Finnick con la suya, cada vez que la tocaba era así, como si Finnick fuera fuego y ella hielo, que igualmente quemaba.

—No lo sé —dijo en voz baja—. En este momento ni siquiera puedo recordarlo.

Y era cierto. Se había olvidado de todo lo que había vivido con Finnick, sólo existían ellos dos en ese momento, en presente; el pasado parecía haber desaparecido, como si todo estuviera curado.

Finnick sonrió.

—Sé que te lo he dicho un millón de veces, pero no quiero perderte.

Maia le acarició el dorso de la mano, antes de volver a mirarlo y sentir esa electricidad que los rodeaba.

—Pase lo que pase —respondió Maia, recordando la promesa que se habían hecho hace tantos años, ahora no era más que un recuerdo lejano.

—Pase lo que pase —sonrió Finnick.

• • •

El resto del día la pasó dando vueltas en su piso, se suponía era el día que debían prepararse para las entrevistas, pero ella sabía perfectamente qué decir, al igual que todos los tributos. Todos estaban furiosos, dirían lo que fuera con tal de evitar los juegos.

shadow || finnick odairWhere stories live. Discover now