Plan A: Devolviéndola

4

Abro mis ojos con mucho esfuerzo, apago la alarma y me siento. La espalda me duele.

Aunque papá y mamá insistieron en que durmiera en la cama de Zoé —La querían castigar— yo me negué. No quiero que me odie aun más. Doblé las sábanas y me estiré, hoy tendré un largo día. Siempre me despierto a las 7 por una sola razón.

Entro al baño, lavo mi cara, dientes y no me preocupo en cepillarme el cabello aún.

Abro con cuidado la puerta y salgo de la habitación en pantuflas. Bajo las escaleras y voy a la cocina por un vaso de té y un pan tostado. Me da nervios agarrarlos, pero en realidad mis padres insistieron en que todo esto también es mío, tengo a acostumbrarme para no  hacerlos sentir mal. Una vez los tengo, salgo al patio en donde hay una piscina y mesas con sombrilla.

Estar en el silencio matutino me ayuda a relajarme y reflexionar.

Me siento una y admiro el cielo mañanero, cuando aún falta para que salga el sol. Respiro el frío aire se Nueva York, aún sin poder creer que estoy aquí... una familia.

"Lo lamento tanto Naomi, ellos no suelen ser así... esto es nuevo y le temen...." eso dijo mamá, pero yo comprendo.

Además no soy quien para desear algo más que techo; escuché que una familia siempre tiene sus altas y bajas. No me rendiré, se que puedo entrar a sus corazones. No mentiré, las palabras de Zoé se quedarán en mi cabeza por un buen rato, pero soy fuerte, puedo soportarlo.

— Solo una loca se despierta a esta hora.

Un chico rubio se sienta en frente de mí, bosteza y se recarga en la mesa poniendo su mano en la cara.

— ¿Y bien? ¿Ya te quieres ir?— Lo dijo con un tono nulo, causándome un nudo en el estómago.

— No, ¿Por qué debería irme? Mis nuevos padres son fantásticos, jamás encontraré a alguien más como ellos, ni quiero.— Le doy un sorbo a la bebida y suspiro. Trato de transmitir confianza.

— Pero los hijos no te quieren aquí.

Doy una sonrisa y me encojo de hombros, sin poder dar una respuesta que le agrade.

Mientras los señores Cárter me quieran como hija, me quedaré aquí. Pensé inmediatamente.

— Terminarás llorando, créeme. Lo que mi hermana dijo ayer tiene parte cierta...— Me miró en silencio.

Sin temor lo analicé. No tiene un gesto de maldad, más bien parece algo frustrado, sin embargo me es difícil saber si sus intenciones son buenas o malas, su hermana también parecía ser buena. Soy fácil de engañar.

Recojo mis cosas y me levanto.

— Papá me llevará a comprar útiles para la escuela.

— ¿Qué?

— Solo decía.— Camino con cuidado y me meto a la casa para lavar la taza y subir.

Narra James

Me sorprendió lo temprano que se levantó, nadie se lo esperaba. Queríamos hacerle una broma cualquiera, pero antes de tan siquiera tocar la puerta escuchamos el sonido de el lavabo.

Alguien la tenía que distraer, y después de rondas de piedra papel o tijeras yo perdí. Soy un asco en esos juegos ¡maldigo su existencia!

Ella salió directo a la cocina y todos la seguimos en puntitas. Salió al jardín y se sentó en las mesas.

— Apúrate James, garantizas nuestra seguridad.— Conor me empuja.

Llego y tomo asiento con pereza.

— Solo una loca se despierta a esta hora.

¡MATENMEEEEE! Soy tonto, tonto, tonto, tonto ¡Yo también me desperté a esta hora! Soy menso, estupido, idiota, maldito...

A mi no se me da tratar tan mal a la gente como a Conor, pero esta es una ocación especial. Todo sea por mi familia.

Tuvimos un intercambio de palabras, pero ella no parecía querer irse... chica masoquista. Al llegar al tema de ayer, me entró algo de culpabilidad, a Zoé de verdad se le soltó la lengua, ahora está más que furiosa porque la castigaron. "No toleraré este comportamiento, y castigaré a cada persona que participe en esta injusticia." Dijo papá mientras mamá se encargaba de Naomi.

— Papá me llevará a comprar útiles para la escuela.

Parpadeo confundido, eso no me lo esperaba. No nos habían avisado, todos ocupamos algo para la escuela.

Se fue, pero yo solo me quede tieso.

— ¿Tan rápido nos reemplazan?— Escucho decir a Melissa, pero yo no me sentí así.

Para nada.