Confía En Mí♥Yoontae♥

15 "Sin salida"

El frío de la noche, a cada segundo que transcurría tras el reloj, se hacia más fuerte y helado.

Más potente y colador de huesos haciendo que sus pensamientos fueran pausados y sin mucha lógica dado que se le dificultaba pensar con claridad.

Todo el día había tratado de aclarar su mente y lobo, pensando en todo y en nada a la vez, tenía miedo, pánico e incertidumbre no saber que hacer ahora que todo se había complicado con Taehyung, pensó que, después de anoche las cosas serían más calmadas y serenas, sin menos problemas, pero había resultado todo lo contrario.

Su lobo insistía una y otra vez en estar con Taehyung pero su razón no, aunque con lo ocurrido esa mañana, las cosas empeoraban aún más.

Los padres de Taehyung habían estado ahí, los habían visto juntos al igual que la marca, lo que empeoraba las cosas.

Temía por lo que ocurriera ahora.

Suspiró cansadamente ocultando sus manos dentro de las bolsas de sus jeans buscando algo de calor dentro del frío que azotaba la ciudad.

La idea de escapar llegó a su cabeza con fuerza, podía hacerlo.

Ya lo había hecho una vez y gracias a ello estaba ahí, podía hacerlo por segunda vez, tenía el dinero suficiente en la bolsa negra de sus cosas para irse lejos y empezar otra vez desde cero, el boleto estaba comprando ya, solo.., solo era cuestión de esperar la fecha y listo.

Podía hacerlo.

Se detuvo otra vez en su lugar dispuesto a irse y hacer de lado los problemas, irse como ya estaba decidido desde un principio.

Él quería eso, tenía planes lejos y no ahí, por lo que irse debía ser la opción correctamente aceptable, pero su lobo le reprocho a su subconsciente que era un barbaridad el siquiera pensarlo, una vil locura, ahora que había marcado a Taehyung.

¡No lo quería!

Ni un poco pero lo necesitaba para estar bien, como no había necesitado a alguien en mucho tiempo, tal vez se trataba del sentimiento de soledad en el que se había encerrado que ahora que tenía a alguien -no deseado por supuesto - no podía darle la espalda.

Sabe que las cosas por muy avanzadas que estén y lo independiente que sea una persona siempre necesitará de su otra mitad.

— ¡Maldición! — gruño sacando su mano izquierda de sus jeans y sacudió sus cabellos en frustración al no saber que hacer con todo lo que le estaba sucediendo, ya que, ya no se trataba solo de él sino de otra persona que había llegado a su vida sin esperarla, ni buscarla, ni mucho menos quererla.

Ni quiera lo conocía.

Si había algo que recordaba de sus padres era el nunca dar la espalda, mantener la frente en alto y afrontar todo lo que se interpusiera en el camino.

Como le hacían falta sus padres en ese momento, daría su vida entera por tenerlos a su lado y que lo supieran guiar.

Observó el edificio de apartamentos dándose cuenta de cuan grande eran y también de lo cálido que se veía por dentro, algunas luces estaban encendidas mientras que otras no, pero seguro que estaba cálido adentro, sin frío o viento.

Quería que algo cálido cesara el frío de su cuerpo.

Su lobo gruño "omega" desdé su interior con adoración y necesidad pero su razón y mente le recriminó que era imposible.

Otra ráfaga de viento azotó su cuerpo con violencia provocándole escalofrío por lo que se abrazo a sí mismo con sus brazos y se adentro un poco al edificio, era noche y su presencia probablemente estaba siendo cuestionada por el portero que desde que llegó no ha dejado de mirarlo con mala cara. Pero no le ha dicho nada, por el momento.