Parte Dos

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Harry se quedó casi toda la noche pensando en lo que debería hacer con respecto a la terapia que su madre insistía tanto en que tomara.

Lo que no le dijo es que temía que no funcionaría como la última vez. Últimamente eso había estado rondando por su mente.

¿Qué pasaría si no funcionaba?

Sí, los doctores dijeron que podría volver a caminar pero no le dijeron jamás lo mucho que le iba a costar. Y no, no se refería al asunto monetario del todo, se refiere a que le iba a doler los primeros días la espalda y las piernas.

Su alfa interior no ayudaba demasiado tampoco porque pocas veces cuando realmente estaba triste le recordaba que no protegería a nadie estando en esa silla de ruedas. Su psicólogo le decía que su alfa estaba deprimido por la situación, así que debería buscar hacer cosas para distraerse.

Entonces es cuando recuerdo las palabras de su querido abuelo: «No porque lo intentaste y fracasaste una vez, significa que sucederá de nuevo. Ya sabes que falló, entonces agarra ese fallo y solucionalo». 

Quería cuestionar sus palabras, por supuesto, pero él se había rendido hace mucho tiempo. Habían pasado dos años desde que tomó la última terapia, sí, estuvo viviendo dos años con su condición, siete meses en terapia psicológica.

Entonces quiso darse una nueva oportunidad, pero si no mejoraba entonces ya no lo intentaría de nuevo porque aceptará que su destino es vivir de esa forma.

Hablaría mañana con su familia.

El anuncio que quería darle a su familia no iba de acuerdo al plan. Bueno al menos hasta que mencionó que si la terapia no funciona la dejaría definitivamente.

—¡¿Cómo es eso posible?! ¿Perdiste la cabeza?—gritó Anne.

Sus hermanos se quedaron en silencio mientras recogían algo de pasta y se lo llevaron a la boca muy atentos a la reacción de su hermano menor y de su madre.

—Mamá, calma, Harry no dijo que no— añadió Gemma.

Harry se estaba aguantando la risa al igual que Jake y Steven y toda la mesa. Su padre se levantó tranquilo para traer más pan, Anne no se dió cuenta de que sus hijos se estaban riendo de ella hasta que su esposo le hizo señas hacia ellos y se alejó hasta su asiento.

—Harry, Gemma, Jake, Steven y Gabriel Styles pónganme mucha atención ahora mismo.

Todos rieron juntos cuando los llamó por sus nombres. Fue tanta su risa que ella también se unió.

Robin les mostró una sonrisa y todos se fueron calmando.

—Ya, cielo. Si nuestro pequeño alfa desea intentarlo de nuevo entonces ya no lo presiones más.

—Bien pequeño alfa, ¿me pasas la sal?

Harry observó  a Steven con una sonrisa pasándole lo que le pidió. Anne sonrió dulcemente asintiendo en demostración de que lo comprendían y que aceptaban sus decisiones y Harry le sonrió en agradecimiento.

¿Qué podría pasar?

Flawless Omega ||Larry||Where stories live. Discover now