Capítulo 44

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Tellurus, 30 años antes del cataclismo.

En uno de los desiertos del sur de Ashgul, en las tierras que les pertenecían a las Tribus de Taerus, una de estas tribus viajaba a toda prisa para no ser alcanzada por la tormenta de arena que se aproximaba.

― ¡Apúrense!, carguen a los niños de ser necesario. ¡Tenemos que llegar a las cumbres gemelas si queremos salir con vida de la tormenta! ― gritó Ojong cubriéndose el rostro para protegerse de los granos de arena que impactaban con fuerza al ser levantados por los vientos.

El grupo de aproximadamente treinta personas detrás de él acelero su paso. Lilith, la única extranjera dentro de la tribu tenía dificultad para seguir el ritmo de los demás. Le costaba mantener el equilibrio en medio de los fuertes vientos. Las botas de cuero que le habían prestado cuando su protector la dejo en el cuidado de la tribu se hundían entre la arena con cada paso.

Debido a los pocos días que Lilith llevaba con la tribu nadie noto como de forma progresiva se fue quedando cada vez más atrás. El orgullo de la joven elfa de tan solo dieciséis años evito que gritara pidiendo ayuda.

Utilizando todas sus fuerzas continúo avanzando siguiendo las sombras de los demás que ya empezaban a llegar a las cumbres gemelas.

―Odio los desiertos, jamás en mi vida volveré a un desierto― dijo Lilith cansada de caminar bajo el sol.

―Este es un lugar seguro, aquí nadie te encontrara― la joven elfa imito a su guardián.

― ¡Ah! Pero te puede matar el sol, la arena, los animales y todo lo que te rodea― dijo de forma sarcástica.

Cuando por fin empezó a acercarse a las cumbres gemelas, donde la tribu se resguardaría para pasar la tormenta, escucho gritos de auxilio. Lo primero que pensó fue en que aquellos que la buscaban habían encontrado su ubicación, pero pronto pudo ver que ese no era el caso.

―Jujuju me encanta comer humanos.

Cinco Trolls de arena, de cuatro veces el tamaño de un humano común, agarraban a quien podían y se lo metían en la boca. En respuesta todos aquellos humanos que conocían como manejar la energía a su alrededor empezaron a utilizar ataques formados de cuchillas de arena. Los ancianos y los niños eran protegidos por quienes no sabían utilizar magia. Improvisadas y desgastadas armas de asta en sus manos.

Lilith viendo esto, movió sus muñecas, materializando agujas numtak entre sus dedos. Numtak, era el nombre con el que se conocía la forma física de la energía de las personas. Este material de apariencia metálica era proporcionalmente igual de fuerte a la energía utilizada para su materialización. El costo de mantener la energía materializada se duplicaba cada minuto por lo que solo especies con grandes reservas de energía se dedicaban a estudiar la materialización del numtak.

― ¡Zas!

― ¡Zas!

― ¡Zas!

Lilith lanzo con gran precisión tres de sus agujas contra el rostro de uno de los trolls, hiriendo su ojo izquierdo. Pero las botas que llevaban puestas se entrometieron en su camino haciéndola tropezar y caer antes de poder lanzar más ataques.

― ¡Arg! ― gritó el troll que perdió el ojo.

Ojong aprovechando la distracción de este, dejo de atacar sus pies y guio la cuchilla de arena que controlaba hacia su cuello.

― ¡Plop!

El enorme cuerpo del troll cayó al suelo enfureciendo a sus compañeros.

― ¡Mátenlos! Mátenlos a todos. Después no los comeremos― ordenó el más pequeño de los cuatro.

Héroes OlvidadosWhere stories live. Discover now