Capítulo 11

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¡Por fin! Aunque el recorrido por el museo había sido mas que agradable, también el almuerzo pero eso no quitaba el hecho de que para nuestros protagonistas, esto había sido mas que eterno. 

Por un lado, estaba Callum quien estaba mas que ansioso y emocionado por conocer Xadia. Desde siempre había sentido una gran curiosidad por la misteriosa tierra y conocer la clase de vida que llevaban ahí. Por otro lado estaba Rayla, no podía esperar para mostrarle a Callum todo sobre Xadia, sus lugares favoritos, sus orígenes ¡Estaba mas que emocionada! Así que ahora el par de amigos se dirigían a una plaza, o eso decía Rayla. 

-podremos pasar ahí el resto de la tarde ¡te va a encantar! y al atardecer... habrá una sorpresa- menciono Rayla con una pequeña sonrisa.

-¿que sorpresa?- pregunto Callum con entusiasmo.

-si te lo digo, ya no será sorpresa- respondió la chica igual de emocionada que en un principio.

Rayla tomó la mano de Callum y rápidamente comenzaron a caminar hacia el centro de la ciudad.

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Ya habían llegado al lugar. Más específicamente... Una plaza, tan común para Rayla pero tan asombrosa para Callum. Había Estado en muchos lugares durante toda su vida, pero jamás en un lugar como este, aunque fuese una plaza promedio y parecida a cualquier otra en Katolis ¿la diferencia? El ambiente,  lo que se lograba percibir en el aire era nada más ni nada menos que magia.

-Ray tengo una duda- menciono Callum, mientras bebía del jugo que le había proporcionado su mejor amiga.

-tal vez yo tenga una respuesta.

-si los dragones son parte importante de la historia de Xadia ¿donde están ahora? Por que hasta ahora no he visto ninguno y eso fue una de las pocas cosas de las que no hablo Lujanne en el Museo

-bueno... Hace unos cuantos siglos, cuando la Unión entre humanos y elfos era lo normal, los dragones optaron por irse por que... Aunque la paz fuese un hecho, aun había humanos tratando de cazarlos y con tal de no romper la paz entre ambos mundos, fue necesario que los dragones huyeran. Ahora no sabemos donde están pero... Es seguro que existen- explicó Rayla de manera tranquila- ¿si te gusto?

-¿que cosa?- pregunto Callum sin prestar mucha atención.

-el jugo- respondió Rayla rodando los ojos.

-oh si, es delicioso, en realidad, en Katolis no nos enseñan mucho de Xadia, escuchamos historias pero nada que ver- menciono Callum con una pequeña sonrisa- es decir ¡mira! Camino tranquilamente en Xadia con mi amiga elfa y no estoy muerto.

-cierto, pero si alguien haciendo ese tipo de comentarios aún no cantes victoria- respondió Rayla con una sonrisa burlona.

Callum río un poco y suspiro. Encontraron una banca y se sentaron.

-sabes... Me gusta este lugar, es increíble, incluso la comida es buena, no entiendo por qué los humanos dicen que es horrible, es decir... ¡TODO EN XADIA ES INCREÍBLE!

Rayla sonrió. Le alegraba saber que su amigo disfrutaba del paseo que daban juntos, le encantaba ver como Callum disfrutaba de cada detalle en el viaje, desde el cielo despejado de Xadia hasta los modernos edificios, sus ojos llenos de asombro con su sonrisa reluciente eran lo mejor que existía, al menos para Rayla. 

Por otro lado, Callum estaba feliz. La magia de Xadia era algo que siempre le había causado cierta curiosidad, pero ahora no solo sabia de ella o la entendía. Sentía la magia, no sabia si era el lugar, la emoción, el viaje o su linda acompañante pero sin duda era un sentimiento que no quería que se borrara nunca.

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