🌉 𝑇𝑢𝑠 𝑜𝑗𝑜𝑠 | 22

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¡Hola!

No suelo poner notas al inicio, como sabéis ya los que me conocéis, pero para este último día os recomiendo que os pongáis una de estas canciones. Es la que le da el título al fanfic: «Fireworks beneath my shoes» de Yorushika (la segunda es un cover de esta en inglés)

Las dos versiones son hermosas. Este capítulo está basado en la traducción al inglés pero la versión japonesa es preciosa.

¡Disfrutad!

A Dazai le gustaba el azul

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A Dazai le gustaba el azul.

Nunca había tenido un gusto particular por ningún color en especial, pero si tenía que decir uno, sería el azul.

Eso le respondió a Atsushi cuando le preguntó aquello de repente, como muchas de las cosas que el muchacho preguntaba. Realmente no mintió cuando dijo que le gustaba porque era el color del cielo, aunque luego cambió de tema.

No mintió, pero no dijo la verdad completa.

No dijo que le gustaba el azul porque era también el color del mar. Tampoco dijo que le gustaba por el recuerdo de unos ojos que brillaban como estrellas que le miraban directamente, acompañados de una sonrisa que nunca había podido olvidar.

Aunque Atsushi no tenía por qué saberlo. No tenía por qué saber que esos ojos que ahora le miraban con odio muchas veces le dedicaron una mirada de afecto. Quizá la primera desde que tenía memoria.

Dazai nunca había sido bueno a la hora de hablar de sus sentimientos. Aunque lo intentase, nunca podía expresarlos. Podía idear miles de estrategias y darles forma en cuestión de minutos, pero a la hora de intentar expresar sus sentimientos en palabras siempre se quedaba sin ellas, como si a la hora de hablar se desvanecieran y tan solo quedase con la boca abierta, sin ningún sonido saliendo de su garganta.

Eso no había cambiado ni siquiera tras dos años en la Agencia. Si bien era cierto que había tenido una evolución notable con respecto a sus días en la mafia en ese aspecto, no podía sincerarse de esa manera con nadie. Aunque sus compañeros le encantaban y estaba contento con la vida que tenía, simplemente no podía.

Era más fácil con Chuuya. Con Chuuya tan solo se miraban, en silencio, y sabían lo que el otro quería. Sus ojos siempre habían sido muy expresivos, con solo verlos podía saber lo que quería decir o al menos tratar de adivinarlo. No sabía si con él sucedía lo mismo, pero Chuuya siempre parecía apañárselas para descubrirlo.

 千𝚒𝚛𝚎𝚠𝚘𝚛𝚔𝚜 𝚋𝚎𝚗𝚎𝚊𝚝𝚑 𝚘𝚞𝚛 𝚜𝚑𝚘𝚎𝚜Where stories live. Discover now