Se encontraba en el cementerio, observando aquellas dos tumbas, aún le dolía aquello, había perdido a otros compañeros y claro que le dolió, pero ahora le dolió más porque había perdido a su mejor amigo que más que eso era su hermano, se lamentaba tanto, nunca pudo hacer tantas cosas que tenía planeadas hacer con el, las lágrimas no paraban y sentía que nunca pararian, aquél dolor le quemaba el pecho, sabía que nunca pasaría, pero después de eso el enojo llegó quería venganza, buscaría y mataría a quien había hecho eso.
Se encontraba cerca de la salida del lugar, pero escucho unos pasos, suposo que alguien iría al lugar para visitar a algún familiar u amigo, no le dio importancia, tampoco se la dio cuando escucho pasos que se acercaban a él, sólo pensó que sería alguien que iba a la salida.
Se encontraba fuera del lugar, le dolían demasiado los ojos, había llorado bastante y quizá llegando al bar lo haría de nueva cuenta, la ciudad en aquella zona se encontraba muy solitaria, por eso le sorprendió escuchar unos pasos ¿serían los mismos de antes?
Se molestó y quizá se asustó cuando escucho el flash de una cámara.
—¡Seas quien seas, dejame en paz! —grito Viktor ya bastante molesto—
Sólo volteó hacia atrás y no vio nada ni a nadie, aquello no lo hizo sentir tan seguro
pero sólo apresuró el paso para subir a su.automóvil y dirigirse a un bar a tomar un poco, después iría a casa para tomar un buen baño y dormir, o bueno eso planeaba.
Llegó al lugar, bajo de su automóvil y sólo suspiro el lugar estaba demasiado llenó y no es que le agradara mucho aquéllo, sin más camino a una tienda, esta no estaba muy lejos por lo cual decidió ir caminando, sentía el frío golpear su cara, estaba muy fresca aquella tarde, pero una ssorpresa se llevó cuándo escucho pasos de nuevo, simplemente paró en seco y se volteó de nuevo, pero de nueva cuenta nadie. Sólo pensaba: “¿Estoy loco?” o “¿pise alguna tumba?”, tenía aquella creencia de que si pisabas una tumba quien estuviera en esta saldría, nuevamente apresuró el paso y llegó a la tienda.
—¡Comisario bombón! —sólo sonrió al escuchar la voz de Horacio, no es que le agradara del todo, pero se sentía más seguro—
—Buenas comisario Volkof —solto después Gustabo—
—Buenas
Aunque se sintiera más seguro aquello no le quitaría la tristeza, no se sentía del todo bien.
—¿Estas bien? —solto el de la cresta, que se veía un tanto preocupado.—Te vez muy pálido
—Si, estoy bien
—Claro, por favor díme que tienes
—Yo espero afuera —solto Gustabo mientras salía con varias botellas en las manos—
—No es nada...
—Anda hombre —le comenzó a abrazar, cosa que tomó por sorpresa al ruso, pero aceptó el abrazo de verdad lo necesitaba—
—Sólo déjame comprar
—Bien, te espero
Se dirigió hacia donde se encontraba el alcohol y tomo dos botellas de vodka, sin más las pagó y salió del lugar, al salir pudo observar a aquellos chicos haciendo el tonto como siempre.
