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¡Oni-chan!

Horacio se encontraba algo extrañado con el comportamiento del ruso, o sea, sospechaba que le gustaban los dibujos chinos y todas esas cosas, pero esa situación le había tomado por sorpresa.
Aunque verlo le dio ternura, pues se le notaba feliz. Él amaba cuando Volkov se encontraba feliz.

Había decidido en ese momentos olvidarse del tema y entrenerse con otras cosas; en pocas palabras, molestar a su pareja favorita. Gustabo y Conway, ambos eran sus personas favoritas en el mundo, las únicas que tenía.

Gustabo habia estado consigo desde pequeño, crecieron juntos y vivieron muchas cosas que los llevaron a ser lo que eran hoy día.
Con Conway era distinto, no tenía la misma relación pero aún así le tenía cariño y disfrutaba molestarlo diciéndole "papá."

Aunque no entendía como Gustabo y Conway estaban juntos, eran polos opuestos, pero él los apoyaba por completo y mientras ellos estuvieran felices no había nada más que importará.

Se bajo de su coche y lo cerro una vez llegó al Vanilla Unicorn, donde había quedado con Gustabo para ir a tomar algo. Estaban solo ellos, pues según le había comentado su amigo, Conway había tenido una emergencia y debía entrat a trabajar. No le dio mucha importancia y acepto igualmente la salida, porque no iba a netarle nada a su mejor amigo.

Agito su mano en señal de saludo cuando entro en su campo de visión, y se acerco hacía él, conversaron por un buen rato e hicieron el gilipollas por otro buen rato.

Habian bebido un rato y se encontraban como idiotas bailando sobre el escenario de aquel lugar, sacandose la ropa y como de costumbre, el dildo que siempre llevaban para hacer gilipolleces.

Estaba tan sumergido en su diversión y en las miradas del resto, quienes depositaban billetes en ellos y no se había dado cuenta de cierta mirada sobre él, que le observaba en completo silencio al lado del super intendente.

Horacio. —escucho su voz y paro de moverse, le miro con temor y volteo a ver a Gustabo, quien se divertía con aquello. Le odiaba.

Bueno... parecía que ahora ambos se habían descubierto en situaciones comprometedoras, estaban a mano, ¿no?

Bajate de ahí y vístete. —asintió haciendole caso y se retiro del escenario casi corriendo.

Se encontraron luego fuera del club, ambos en silencio y observando a Conway y Gustabo conversar tranquilamente sobre lo sucedido, comenzaba a sospechar que Gustabo tenía algo que ver con aquello.

No entendía porque le insistía tanto en que Volkov y él salieran, o sea si le atraía pero estaba claro que el ruso no le quería de la misma forma. No le quería, no le iba a ver nunca con cariño y tenía ojos únicamente para Paola, la nueva agente que se había robado toda su atención.

Por más que se hiciera el tonto se había enterado que esa nueva cadete estaba detras detrás de Volkov, y no iba a pelear por ello, joder estamos en el puto siglo XXI, quien mierda pelea por un hombre.

¿Me vas a explicar que fue aquello de allí dentro? —pregunto el ruso sacandolo de sus pensamientos.

No sé, tal vez podría preguntarte yo que fue lo de la comisaría. —se acercó lo suficiente para susurrarle al oído.— ¡oni-chan! — le sonrió para luego alejarse, sin ganas de explicar algo.

Una vez que se encontró bastante lejos de aquel lugar frenó en seco, ¿por qué le había hablado de aquella forma?

se había enojado, eso estaba seguro, pero ¿por qué?

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¡Oni-chan!Kde žijí příběhy. Začni objevovat