09

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Desayuno.

En la mañana siguiente el chico se despertó en una cama que no era la suya, por un momento se asustó peor al ver al ruso abrazandole por la cintura y una pequeña gatita a los pies de la cama recordó donde se encontraba. Una sonrisa se asomó sobre sus labios por aquella imagen, esperaba poder despertar así más seguido.

Se quedó observando el rostro del adverso durante un rato, se encontraba aburrido pero no quería levantarlo porque estaba muy cómodo durmiendo. Por su cabeza paso la idea de prepararle el desayuno, Viktor le había ayudado bastante ayer con el tema de su madre y lo mínimo que podría hacer por él era prepararle un desayuno.

Le dio un pequeño besito en la frente y quito el brazo del ruso de su cintura, hacía un poco de frío aquella mañana así que se puso un hoodie que encontró tirado por la habitación. Salió de su cuarto luego de haberle acomodado bien las sábanas para que no tuviera frío. Horacio amaba cocinar y era algo que se le daba muy bien, su madre le había enseñado todo lo que sabía desde pequeño y había memorizado bastantes recetas en su cabeza así que no se le hizo difícil tener todo preparado en cuestión de minutos.

Cuando tuvo todo listo se puso manos a la obra, había decidido hacer unos panqueques y encontró unos moldes en forma de gatito por lo que se murió de ternura. En un recipiente había preparado la mezcla para los panqueques y le había acompañado a eso un jugo de manzana que había encontrado en la nevera. Una vez que estuvo todo preparado se encaminó con la bandeja en sus manos a la habitación del ruso, prendió la luz haciendo que el cuerpo del chico se moviera intentando taparse de la luz y que su gatita se despertará por el ruido de la puerta y se estiro para luego acostarse nuevamente pero esta vez sobre su dueño.

Buenos días, ¿quieres desayunar? ¡hice panquegatitos! —el chico había dejado todo sobre la mesita de luz y luego le dio un besito en la mejilla.

Viktor le miro aún medio dormido ¿qué había dicho? ¿había hecho a su gata un panqueque?

El mayor se incorporó quitando con cuidado al felino de encima suyo, observó a Horacio y el plato con panqueques en forma de gatos, ahora comprendía el panquegatitos.

Ambos se sentaron en forma de indio sobre la cama y Horacio repartió el desayuno para que pudieran comer, lo hicieron mientras mantenían una charla un poco rara. Viktor recién se despertaba y no estaba del todo atento a lo que le decía el chico, por lo que a veces soltaba alguna estupidez o se quedaba en silencio porque no le había escuchado, Horacio unicamente reía por su comportamiento.

Entonces, ¿qué somos? —aquella pregunta a Horacio le tomó por sorpresa y casi se atraganta con el jugo.

¿Disculpa?

Eso horacio, ¿qué somos? —le miro a los ojos.— Porque ayer nos besamos más de una vez, te confense que me gustabas y todo lo que pasó. —comento tan tranquilo que a Horacio llegaba a asustarle.

Podríamos intentarlo, ¿qué te parece?

Si pero tienes que pedirmelo de otra forma más linda y prometerme que vamos a mirar anime juntos. —el ruso sonrió mirándole.

Eran pocas las veces que Viktor sonreía aunque en esos últimos meses que estuvo con Horacio se le veía más feliz, sonreía más seguido y era amable con casi todos.

Me parece bien pero vas tenes que prometerme que te vas a dejar maquillar por mi y vestirte a la moda. —el chico asintió ante sus palabras.

Ahora pidemelo de forma linda. —insistió el ruso, era peor que un niño pequeño.

Horacio suspiro y se colocó frente a él, le miro bien a los ojos para luego darle pequeño besito en sus labios.

Entonces señor viktor volkov. —la risa de este no tardó en escucharse.— ¡No te rías! —le golpeó suavemente en el hombro mientras que continuaba.— Tú me quieres y yo te quiero a ti, entonces ¿quieres ser mi novio? el rostro del menor estaba tintado de un rosa sutil, aquello le ponía bastante nervioso.

Claro que si, crestitas.

Cállate otaku y dame un beso.

Sus risas se escucharon en conjunto en la habitación y se dieron un dulce beso, en el cual intentaban trasmitir todo el amor y cariño que ambos estaban sintiendo en aquel momento.

[...]

Al llegar juntos a la comisaría con sus manos entrelazadas no pasaron desapercibidos por el demás, todos sus compañeros le miraban intrigados y gustabo junto a Conway sonreían al verlos así, eran los que más emocionados estaban por ese momento.

Ambas parejas se dirigieron hacia el despacho del mayor, Gustabo y Jack fueron los primeros en entrar y junto a ellos fueron detrás Horacio, Viktor y Alexander que se había colado porque quería enterarse de la situación.

¿Y bien? ¿qué se supone que hacemos aquí? —pregunto el intruso mientras se cruzaba de brazos.

Estamos saliendo. —confenso Volkov mientras apretaba con un poco de fuerza la mano de horacio.

Un gritito de emoción de parte de Alexander y Jack se escuchó en la habitación, el ruso fruncio el ceño algo extrañado por la situación y por el cuchicheo que estaban teniendo entre ellos, incluso escucho algo relacionado a una apuesta pero decidió no investigar más en ello puesto que seguramente era alguna estupidez de Ivanov.

¿Qué hacen estos dos? —le pregunto viktor a horacio en voz baja.

No tengo idea. —respondió Horacio en voz baja también para seguirle el rollo.

Yo tampoco la verdad. —comento gustabo.

Jack luego de un rato se separó de Alexander para acercarse a la nueva pareja que se había formado, abrazo a Horacio con fuerza mientras le felicitaba por su relación con Viktor, aunque a este le felicito pero le advirtió también que no lastimara a horacio.

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¡Oni-chan!Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang