Capítulo 4

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Una vez más Malfoy desapareció de su rutina, si acaso solo llegó a verlo en una que otra clase, pero todas esas veces el rubio evitaba su mirada e inmediatamente se alejaba una vez terminada la lección.

Este hecho resultó tan frustrante que cada vez Albus rechinaba los dientes, más aún por esa creciente preocupación e incertidumbre respecto a que el mayor tuviese algo que ver con aquellas terribles criaturas.

Suspirando contra uno de los ventanales el Gryffindor bajó la mirada releyendo por enésima vez las palabras de su padre:

"Son una creación de los guardias de Azkaban. Su forma es semejante a los dementores, sin embargo son mucho más peligrosos.

Consumen mente, alma y cuerpo. Si alguno de ellos logra atraparte debes estar preparado para recibir el beso del dementor y quizá sea mucho peor...

No te involucres en esto. El ministerio ya se está haciendo cargo."

Contra sus suspiros la mariposa del vitral emprendió el vuelo hasta llegar al árbol en el siguiente vitral donde se posó tranquila.

Contemplándola por unos segundos Albus cerró los ojos con cansancio. Quizá su único consuelo ahora era que en el siguiente partido de quidditch Gryffindor enfrentaría a Slytherin lo cual le daría una oportunidad para hablar con Scorpius.

Sus manos se tensaron en torno a la carta y abrió los ojos lleno de una ferviente determinación. No permitiría que Malfoy se siguiese exponiendo de tal forma, porque más que nunca estaba convencido que el rubio había visitado el bosque prohibido en más de una ocasión.

⚡... ⚡ ...⚡

La tarde de un jueves justo antes de salir al campo, Albus miró el cielo con una mueca de tristeza. Realmente le gustaba la lluvia, mas no en los días de juego pues aparte de las constantes gotas que amenazaban su visión los rayos impedían su búsqueda, además de lograr inquietarlo en sobre manera.

Después de conocer todos los accidentes de su padre a causa de ellos no deseaba recrear esas feas experiencias.

Regresando la vista al frente, al otro lado del campo logró ver a Scorpius platicando con el capitán de Slytherin.

Inevitablemente sus labios se apretaron en una línea.

De alguna forma debía encontrar la manera de poder hablar a solas con el rubio. Por un momento incluso pensó en encantar la snitch, pero al recordar la penalización esa idea se esfumó con el viento haciéndolo desistir.

La voz joven de un estudiante de Hufflepuff anunciando el inicio del partido resonó fuerte sacándolo de sus pensamientos.

Colocándose en su posición enseguida montó su astolfi - la cual durante el accidente con el Ravenclaw el capitán rescató y se la entregó esa misma tarde- y avanzó junto al resto del equipo siendo recibidos por una eufórica ovación que se sobrepuso ante todo, lo mismo fue para Slytherin en el momento que apareció en el campo de juego.

Una vez en el aire Albus buscó con la mirada a Malfoy, éste yacía cerca de una de las torres observando al profesor Gregory quién anunció las reglas en voz alta antes de abrir el baúl y liberar las bolas.

Ambas bludger salieron volando sin control, una de ellas tomó rumbo hacia el golpeador de Slytherin quien la bateó con fuerza mandándola hacia su contraparte en Gryffindor.

La quaffle pronto comenzó a pasar de mano en mano dando ritmo al juego.

Por otra parte, casi como si estuviese jugando con él la snitch corrió directo a Malfoy, dando vuelta tres veces a su alrededor buscando provocarlo. Contrario a caer en su trampa, tranquilamente Scorpius se recargó en su jewkes sonriendo divertido.

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