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"Vive una larga vida."
Shuhua salió enojada de la aplicación de mensajería y arrojó su teléfono sobre su cama. Se dejó caer encima de las sábanas, rodando hasta quedar mirando el techo blanco y vacío. La mañana llegó hace horas, pero ninguna de sus compañeras le deseó 'feliz cumpleaños'
Por supuesto, ayudó leer los comentarios en su página compartida de Instagram. Había pasado cerca de una hora revisando todos los mensajes, deteniéndose de vez en cuando cuando la gente mencionaba que Soojin debería darle un beso como regalo. Sin embargo, incluso Soojin no se molestó en decirle nada. Shuhua, por una desesperación patética, inventó una excusa para llamarla cuando se fue por un horario. Ella había juntado nuevas letras para Love Scenario y se las cantó a Soojin mientras se subía a un auto. Pero aun así, Soojin ni siquiera reconoció que hoy era su cumpleaños.
Su teléfono vibró y Shuhua lo agarró ansiosamente y se lo acercó a la cara. ¡Finalmente, alguien se debe haber recordado! Pero su corazón se derrumbó cuando abrió un mensaje de su manager recordándole el V Live que tenía que hacer en media hora.
"Te recogeré en cinco. No llegues tarde."
Shuhua respondió rápidamente con un breve ーbienー antes de suspirar y ponerse de pie. No hay 'feliz cumpleaños' de él tampoco. Se acercó al armario y sacó un suéter negro recién lavado. El negro era un color apropiado para llorar su aparente falta de amigas. Se la puso sobre la camiseta sin mangas y se miró en el espejo.
Una chica de diecinueve años con aspecto abatido le devolvió la mirada, vestida con un chándal gris y un suéter demasiado grande. Al menos su piel estaba clara. Se retorció el cabello en una larga cola de caballo y agarró su teléfono antes de salir de la habitación.
No había nadie en casa. Miyeon había llevado a Haku y Mata al veterinario con Soyeon. Yuqi y Minnie probablemente estaban escondidas juntas en la empresa, escribiendo canciones. Soojin le había dicho a Shuhua que se uniría a ella para el V Live en caso de que necesitara ayuda con el coreano. Pero a este ritmo, Shuhua preferiría hacer todo sola.
El auto de su gerente estaba parado en la acera. Shuhua abrió rápidamente la puerta del edificio de apartamentos y salió corriendo al gélido aire invernal. Se acercó a la furgoneta y la puerta se abrió.
ー¡Cinturón de seguridad!ー dijo severamente su gerente mientras subía y se acomodaba en el asiento.
Shuhua insertó obedientemente la hebilla de metal en el broche. Afuera, el viento frío azotaba los árboles yermos mientras el cielo nublado presagiaba más lluvia helada. Shuhua revisó su teléfono nuevamente a pesar de decirse a sí misma que no le importaba.
No hay mensajes nuevos.
«Lo que sea. Nadie va a recibir nunca más un mensaje de cumpleaños mío. » juró.
