Kara abrió lentamente los ojos y se sentó en pánico cuando vio lo brillante que era. Significaba que había dormido a través de su alarma. "Voy tarde."
"No tu no eres." Una voz le dijo. "Llamé a Cat y ella te concedió el día libre".
Normalmente, Kara se habría reído del juego de palabras de Alex, pero estaba demasiado concentrada en la otra mujer para atraparlo. Alex se sentó en la silla frente a su tocador, sorbiendo una taza para llevar. "Te ves terrible."
Alex tomó otro sorbo de su café y asintió. Ella sabía que se veía horrible. Tenía resaca, estaba exhausta y mentalmente al borde de la ruptura. Ella habló en su taza, sin mirar a Kara. “Te traje algunos buñuelos. Llegué justo cuando abrieron ".
Alex le había enviado un mensaje de texto a su novia para que no viniera porque ella se iba. Maggie había respondido con calidez y apoyo.
"Gracias", respondió Kara, pero no hizo ningún movimiento para salir de su cama. Ella preguntó tentativamente: "¿Es hora de hablar?"
Alex reforzó su voluntad y asintió. Ella decidió no andar por las ramas. "Sí lo es. Creo que deberías abortar al bebé.
"¿Qué?" Kara jadeó. Ella no había esperado eso. Había esperado que hablaran sobre futuros potenciales y preocupaciones médicas. En el peor de los casos, pensó que Alex no querría tener nada que ver con el niño. Ella no sabía que Alex quería deshacerse del bebé por completo.
"Absolutamente no", dijo Kara firmemente. "Este es mi bebé, Alex".
“Kara, por favor. Tienes que escuchar ”, rogó Alex. “No tienes idea si puedes llevar a este bebé a término. Tiene una alta probabilidad de morir y usted también podría morir. No hay razón para que arriesgues tu vida por una anomalía genética ".
Kara, furiosa, arrojó las mantas, enviándolas volando contra la pared, y se levantó de la cama. “Este bebé no es una anomalía genética. Es un bebé. Nuestra bebe No me voy a deshacer de eso.
"Kara", la voz de Alex rompió sobre su nombre. "Por favor. Abortarlo. Si alguna vez me amas, harás esto ”.
Una ola de ira hirvió a través de Kara. Estaba a punto de explotar, pero una mirada en el rostro de Alex lavó toda su ira. Alex tenía miedo.
Kara se movió a su lado y se arrodilló, apoyando una mano sobre su muslo. Preguntó suavemente, tratando de entender: "¿Por qué no quieres tener el bebé? ¿De que estás asustado?"
Alex saltó de la silla, lejos de ella y su toque. No podía mantener su resolución si Kara seguía tocándola. ¡Ya te dije de qué tenía miedo! ¡La probabilidad de que mueras no vale nada en este planeta, Kara!
Kara se levantó de su posición de rodillas, siguiendo a la mujer que parecía decidida a mantenerse alejada de ella. “Creo que lo es y creo que tú también lo piensas. Alex, podríamos tener un bebé.
"No", gruñó Alex, con la cara retorcida al recordar sus pesadillas. Ella siguió alejándose de Kara. "Me niego a ayudarte con esto si insistes en mantenerlo".
Kara no creyó el ultimátum por un momento. Vio como Alex se acomodó en una esquina del apartamento y se detuvo un pie delante de ella. Ella la tenía inmovilizada.
"Estoy teniendo este bebé".
Alex gritó: "¡Maldita sea, Kara! ¡Ya intentaste dejarme solo una vez que no te dejaré hacerlo de nuevo!
Kara suspiró cuando se dio cuenta de lo que Alex estaba pensando y por qué estaba tan molesta. Ella habló en voz baja, tratando de aplacar sus miedos. “No es lo mismo, Alex. Estoy teniendo un bebé, no empujando una prisión al espacio ".
