Papá se quedó boquiabierto. Después de unos momentos de silencio incomodo, preguntó un poco molesto:
“¿Andaban escuchando la conversación que tuvimos mamá y yo?”
“¡No papi!” dijimos al Gervasio y yo al mismo tiempo.
“Estábamos pensando en ir al espacio a buscar señales de vida, porque antier, vi que, en las noticias, ya casi ni había gente. Y peor aún, ni ayer ni hoy hubo más noticias. Creo que ya no hay gente en la tierra más que nosotros, así que supongo que podríamos salir a buscar cómo y con qué herramientas construir el cohete.”
No supe que decir. Pensé que papá se reiría de la idea de construir un cohete y viajar al espacio. Pero en vez de eso, ellos ya tenían más o menos un plan de cómo hacerle para construirlo. Pero lo que simple y sencillamente no podía creer era que fuéramos la última familia en la tierra. Aunque la verdad si me emocionaba la idea de encontrar vida en el espacio.
“¿Y cuándo podríamos salir a buscar los materiales para el cohete?” pregunté impacientemente
“Calma, calma, al rato, ya que baje el sol, saldremos todos a buscarlos.” contestó papá. Yo sabía que a Félix no le gustaría nada la idea de salir. El prefiere quedarse escuchando música y jugando en su teléfono. Pero para mí sí que sería una aventura. ¡Imagínate poder salir de tu casa y entrar a tiendas sin dueños y poder adueñarte de todo lo que quieras! Pero tengo que recordar que vamos a construir un cohete, no a adueñarnos del mundo entero. Aun así, ¡que emocionante!
