Entramos al cohete, y- ¡WOW! Entrando, parecía que el cohete medía aproximadamente 3,5 metros de ancho y 2,5 de alto. Se pueden acomodar a seis tripulantes en un vuelo espacial orbital. Vimos que decía que no entraran menores de trece años. Apenas pude entrar, pero Gervasio se tendría que quedar fuera. De todas maneras, planeábamos dejar a alguien atrás para que “supervisara” la casa. Mamá lo regresó; Gervasio se sabe el camino, y no hay nadie que lo pueda robar o atropellar. Félix se sentó, y no tengo ni idea de cómo le hizo, pero el cohete comenzó a hacer unos ruidos extraños. Nos dijo que nos sentáramos y relajáramos, que fue lo que hicimos. Excepto relajarnos; todos estábamos nerviosos. Félix comenzó a contar en voz baja, 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3,2, 1, y- ¡puf! Comenzó despacio, pero poco a poco fue avanzando más rápido, hasta que cesó el ruido y llegamos al espacio. Félix había estudiado el camino al planeta Gliese 581 c. Descubrimos que tardaríamos un poco menos de un mes para llegar allá. ¡Un mes en un cohete!
Cuando íbamos a medio camino, vimos que otra nave espacial pasó en dirección contraria a nosotros.
“Han de ser extraterrestres del planeta Gliese 581 c” dijo Félix riendo, pero después se puso serio.
“¿Y si son extraterrestres?”
Nadie respondió.
