Nunca te olvidaré.

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Me asomé a la ventana mientras tomaba una tasa de café. Mi mente se fue lejos, pensando en como se fue lo que quedaba del mes de junio. Durante todo el siguiente mes de julio, no hicimos más que buscar pistas sobre el aclamado libo número seis.

Tuve que soportar hasta ahora. Principios de agosto, el amor de los tortolitos; Benet y Chiara, justo en frente de mí, mientras yo trabajaba ellos se besaban casi encima mío.

Durante los meses pasados, me mantuve trabajando carpintería con un amigo de Gretchen, llamado Jeremías. Es un hombre muy educado y trabajador, además, paga muy bien. Layla y yo, tuvimos "la conversación", le dije que podía quedarse, pero que no me comprometería a nada serio con ella todavía. Por otro lado, he sido tan mal agradecido con Gretchen que sólo la he visto dos veces desde aquella vez. Es que, he estado tan ocupado con el trabajo y el asunto del libro. Nos restan tan solo cuatro meses para acabar con esto para siempre, justo estoy esperando a Chiara, quién se fue hace un mes de viaje buscando ciertas pistas, dijo que nos veríamos hoy en una cafetería y que luego tendría que partir.

Tomé mis cosas y me fui en la tarde, cuando llegué, ella ya estaba ahí, desesperada, moviendo con inquietud su pierna derecha porque yo no llegaba.

- Hola Chiara. - le dije al llegar.

- No podrías ser más impuntual? - ella preguntó enojada.

- Chiara, faltan cinco minutos. - dije al tomar asiento.

- Lamento llegar a los lugares media hora antes, eso es culpa de Benet. - me dijo con esos ojos de enamorada.

- Las cosas van bien entre ustedes. - le dije alegre.

- Se podría decir. - dijo mientras jugueteaba con su cabello.

Me quedé mirando su cara ponerse roja durante un momento.

- De acuerdo, no es de Benet de quién quería hablarte. - me dijo cambiando la expresión de su rostro.

- Te escucho. - le dije.

- Estuve investigando sobre lo que hablamos hace un mes, el libro número seis.

- Entonces, debemos ir. - le dije.

- No, tú hiciste lo último con respecto a Christopher, ahora me toca a mí. - respondió.

- Esto es diferente Chiara. - le dije.

- Anshton, cuando consiga el libro, tú y Benet serán los primeros en leerlos, pero debes de confiar en mí. - me dijo.

- Prefiero que no me pidas eso. - le dije.

- Estamos juntos en esto o no? - preguntó enojada.

- Claro que sí, pero esto es peligroso. - le dije.

- No necesito a alguien que dude sobre mi capacidad, para eso tengo a mi padre. - me dijo alterada.

- Chiara, y te prometo que no estoy dudando. - respondí.

Ella se quedó mirándome con enojo.

- De acuerdo, de acuerdo, tejo la pista entera a ti sola! Como querías. - me dijo.

- Regresaré en tan solo una semana, nos veremos aquí mismo en caso de que las cosas salgan mal. - me dijo.

- Hay algo que Benet y yo podamos hacer? - pregunté.

- No, conmigo es suficiente. - respondió.

- Estaremos al tanto, no tenemos mucho tiempo. - le dije.

- No te preocupes, sabes que hago las cosas bien. - me dijo.

- Eres muy inteligente, debo admitirlo. - respondí.

Los libros de Helmut Pfeiffer.Место, где живут истории. Откройте их для себя