| 19 |

45.7K 5.7K 3.7K
                                    

| Dedicación: shelsy24 |

*Ya no más canciones porque a nadie les gusta :(*

*Advertencia de violencia*

Capitulo diecinueve: Trampa.

El hombre es la única clase de alimaña que pone su propia trampa, coloca el anzuelo y luego camina en él.

***

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

***

—Ay, mierda...—Me lamenté.

Sentía que todo se movía en cámara lenta. Me asusté como la mierda. Hubiera esperado cualquier reacción violenta de parte de los hermanos menos esa. Incluso, hubiera esperado una horrible persecución en la que terminaría luchando con ambos, pero nunca esto. Nunca unas sonrisas tan resplandecientes y brillantes como las que poseían los Riox en este momento.

Por pura inercia di un paso atrás cuando sus comisuras se alzaron cual espejismo.

La comisura derecha de Ader se alzaba con elegancia, dejando entrever solo una parte de sus blancos dientes. Su cabeza estaba media gacha por lo que sus ojos mieles se veían mas escalofriantes de lo acostumbrado.—¿Cuándo pensabas salir de ahí, corazón?—Ese apodo me recordó al Ader de la bienvenida, el que conocí al principio. Ese que intentaba cortejarme a solo horas de haberme conocido.

Por momentos, Ader me parecía...bipolar.

Fruncí el ceño ante mis pensamientos, pero eso no evitó que diera otro paso hacia atrás.

Pero entonces, Aleph también avanzo uno. Aun tenía esa sierra muy colorida en sus manos.—¿A donde vas ahora, Morena entrometida?—Ronroneó.—Escuchaste mi declaración, ¿No?—Dio otro paso. Pero yo ya no tenía hacia donde más retroceder.—Muero por ti. Muero por probar esos labios con los que sueltas tanto veneno...

«Eres despreciable» Quería responder. Pero estaría mintiendo. Aun sentía estragos de cuando mi estómago se revoleteó ante su declaración. En cambio solté con hastío:—No te acerques un paso más, Riox.—Aleph me observó entretenido.—O no respondo por mis actos.

Estar tan centrada en los movimientos de Aleph fue un jodido error, pues me vi sorprendida cuando los labios de Ader se acercaron desde atrás para susurrar en mi odio.—¿Qué vas a hacer?—Como impulso intenté golpear su estomago con mi codo, pero él ya estaba preparado para cualquier ataque por lo que me envolvió con sus fuertes brazos, deteniendo mi acto. Mi piel se erizó en respuesta.

—Aun no entiendo por qué estás tan tranquila...—Susurró entonces Aleph, haciendo que mi vista se dirigiera hacia él. Y unos segundos después, hacia atrás. Viendo como aquella mujer en fachas tiraba de las cadenas que la mantenían en alto, y para mi sorpresa, se soltaba. No me había fijado en el mal estado en el que se encontraban aquellas cadenas, al parecer los Riox tampoco.

Riox. © ✔️ [DL #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora