~ 𝐼𝐼𝐼 (𝐻𝑒𝑙𝑙𝑜) ~

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El fin de semana pasó con rapidez, entre trabajos y tareas, Taehyung apenas y tenía tiempo de salir al mini súper y comprar ramen y comida instantánea

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El fin de semana pasó con rapidez, entre trabajos y tareas, Taehyung apenas y tenía tiempo de salir al mini súper y comprar ramen y comida instantánea. Cuando dio el último click en el botón de enviar, sintió que finalmente podía respirar en paz.

Eran las diez y media de la noche, se sentía exhausto. Miró a un costado, percatándose que aún no hacía las cuentas del mes, y tampoco contaba y distribuía su dinero, suspiró. Qué difícil era ser un estudiante asalariado. Su teléfono sonó en algún lugar de su habitación y se dispuso a buscarlo y atender. Era su madre.

—Hola mamá—respondió dubitativo—¿pasó algo?

—¿No puedo llamar a mi hijo solo para saludar?—se escuchó hastiada.

—Nunca lo has hecho, dime ya qué es lo que necesitas.

—Bien, necesito dinero. Tu padre no ha tenido buenas ventas.—Lo sabía.

—¿Cuánto necesitas?—preguntó finalmente.

—Seiscientos mil won* más o menos—Taehyung se atragantó.

—¿Qué?, es imposible que te preste esa cantidad, lo siento.—Sentía su sangre bullir en su interior. El enojo poco a poco cubría sus extremidades y corazón, estaba harto de la situación—si era todo lo que necesitabas, entonces nos vemos.—y colgó sin esperar una respuesta.

—Joder—susurró cuando su celular comenzó sonar, con la pantalla iluminada anunciando el nombre de su madre, otra vez. Apagó el teléfono y comenzó a prepararse para dormir. Hacer cuentas podría esperar.

Al día siguiente no se sentía mejor, estaba más decaído que enojado. Pero la vida continuaba.

—Hyung, ¿estará tu jefe hoy en el café?—Jungkook llamó su atención en los pasillos de la universidad con la inocente pero rara pregunta.

—¿Eh?, ¿por qué?—alzó la ceja.

—Em...—Jungkook inútilmente trataba de esconder sus orejas rojas colocando sus manos sobre ellas.—solo se me hizo una persona genial, es todo.

La respuesta era vaga e insuficiente para Taehyung—¿solo te agradó mi jefe? Vamos, puedes decir que es guapo si es lo que piensas.—bromeó, sin hacerlo completamente.

—No, no, no—respondió inundado en pánico—solo, ¿sabes qué?, olvídalo—y se fue.

—¡El jefe empezará a trabajar hoy todo el día!—le gritó sonriente antes de perderlo de vista.

Luego del evento de ayer, a Taehyung no la apetecía encender el teléfono en lo absoluto. Cuando lo hiciera, sabía que estaría repleto de llamadas perdidas de su madre, mensajes rogándole que se apiadara de ellos una vez más, y luego, los mensajes lastimeros se convertirían eventualmente en mensajes agresivos, hasta terminar en insultos. No necesitaba leerlos todavía, y tampoco es como que tuviera mucha gente con la que intercambiara mensajes o llamadas.

𝑆𝑤𝑒𝑒𝑡 𝑁𝑖𝑔𝘩𝑡 [Tᴀᴇɢɪ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora