Capítulo 2

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La noche había caído en la ciudad y la vida nocturna había despertado, cual mar de luciérnagas en plena faena, las personas iban de un lugar a otro, algunas volviendo a casa después de un día de trabajo, otros en camino a relajarse, otros a festejar, y otros a trabajar, un trabajo muy especial y....robar, hurtar, tomar prestado sin el permiso del dueño, en fin lo usual.

Wei Wuxian se encontraba viendo la vasta vista de la ciudad, no era por nada que este era uno de los edificios más prestigiosos del país, con un sistema de seguridad de punta. Para el mundo, el museo que se encontraba a disposición del público mostrando piezas exclusivas, pero eso era la historia oficial, la verdad es que la verdadera exposición se encontraba en la planta superior, el acceso restringido a solo unos pocos escogidos, la élite de la élite, donde se exponían las verdaderas piezas de arte, exclusivo durante toda la noche. 

 A pesar de todo, Wei Wuxian se mezcló entre la gente como si perteneciera a ella, una tarjeta dorada colgando de su cuello, una camisa negra junto con un traje igual de negro con detalles rojos sangre,  una sonrisa socarrona en el rostro. Pertenecer a la familia Jiang tenía sus ventajas, después de todo eran una de las grandes familias, incluso en estos lugares eran personas importantes, respetados y temidos, pero no venían a estos eventos exceptuando a la oveja negra de la familia.

-¿Le gusta la pintura?

-Si lo desea puedo mover algunas conexiones para que la obtenga.

-¿Le importaría si lo acompaño esta noche?

Al instante, se sintió rodeado de jóvenes que deseaban su compañía.

Las obras de arte se mostraban majestuosas, las pinturas que representaban una época de cultivo y espadas voladoras, ciertamente siempre le gustó esta temática, casi podía sentir el viento soplar en su rostro al pasar por los cielos en su espada o el sonido de una cuchilla saliendo de su vaina, el calor que generaba al usar energía espiritual, todo lo sentía tan vivido pero seguía siendo un sueño, debía volver a la realidad pues siguiendo adelante vio su objetivo. Justo en el centro de una de las salas de exposición se encontraba un escaparate que mostraba el Sello del Tigre Estigio, se decía que era un artículo muy poderoso en la antigüedad, contenía unos grabados que resaltaban su belleza, una tenue luz caía sobre ella delicadamente; un pequeño pitido sonó junto con la presencia de un ligero temblor por el lugar, seguidamente algunos guardias que pedían a los visitantes su retirada, pero eso era justamente lo que esperaba Wei Wuxian, la distracción había comenzado. Podía ver a Wen Qing esperando la señal de movimiento, vestía un vestido de noche simple que atraía las miradas de muchos comensales. Wen Ning se encontraba dentro de una habitación en el edificio paralelo a este, hackeando el sistema de seguridad del museo, en unos segundos y...

"Todo listo jefe" la voz de Wein Ning se escuchó por el auricular. Tras liberarse del grupo que lo rodeaba todo su plan comenzó.

-Listo, es hora.- tras la señal, se separaron para moverse. 

Wei Wuxian estaba por empezar antes de que un leve aroma a sándalo lo asaltara, giró su cabeza en dirección al aroma cuando pudo vislumbrar un posible riesgo en el plan. Entre los visitantes que estaban saliendo en la planta baja, se encontraba un Lan Zhan en un traje más informal de su usual uniforme, pero igual de sobresaliente por su belleza, parecía estar esperando que algo pasara o alguien apareciera. Un leve asentimiento en dirección a un "oficial en cubierto" le dijo todo lo que necesitaba saber, al ver más detalladamente se podía ver a más de una docena de policías solo en esa sala. 

Definitivamente Lan Zhan se merece ser reconocido como uno de los mejores detectives,...pero aún así no puede verme... un deje de tristeza tiñó su voz cuando susurró esas palabras.

-Cambio de planes, chicos. Plan B, tenemos algunos espectadores que quieren participar en el espectáculo.

-Entendido.

"Entendido, los dejaré ciegos en tres... dos...uno...ahora" 

Al mismo tiempo la luz se esfumó en todo el edificio.

"Tienen 10 minutos"

 Los gritos de sorpresa y protesta se escuchaban en la entrada, muchos desconcertados por el repentino apagón. Los guardias aceleraron a los visitantes a salir mientras los agentes pasaban entre ellos para ver el problema.

Wen Qing había salido en dirección opuesta para atraer a los oficiales a ella, teniendo éxito cuando todos los oficiales salieron corriendo en su dirección. Wei Ying aprovechó para seguir con el plan, el tiempo era limitado, pero trabajaba mejor bajo presión...

Con pasos ágiles avanzó hasta su objetivo mientras se colocaba una máscara negra, ante todo la precaución, se dijo a si mismo. Sacó un pequeño estuche del que sacó un pequeño gancho, el cual lo usó para abrir el escaparate. Sacó el Sello y la sostuvo en sus manos, lo sentía tan familiar. Lo metió dentro de su chaqueta, en un bolsillo oculto. Un destello pasó por el extremo de sus ojos, instintivamente sacó el cuchillo que tenía guardado detrás de su espalda justo para desviar otra cuchilla que venía directamente hacia él.

-No hubiera pensado que un detective tan reconocido como usted, intentaría hacer ese movimiento contra una pobre persona indefensa.

-El Patriarca Yiling, reconocido ladrón internacional, experto en todo tipo de luchas, excepcionales reflejos, en extremo peligroso.- las palabras salieron sin ninguna expresión en su rostro, como si no fueran impresionantes. Lan Zhan lo veía con ojos fríos e indiferentes.

Ante Lan Zhan se encontraba un joven, esbelto pero con un aire anormal, un antifaz cubría su rostro delicadamente, como si el mundo no estuviera listo para ver su rostro. Un porte elegante pero divertido y relajado, despreocupado pero sin parecer tener ningún punto ciego. Pero por alguna razón...

"Siento que es familiar"

-Oh, así que llegaste a la conclusión que aquella cuchilla no me daría.

-Según los reportes, ni siquiera una bala te puede llegar, obviamente queríamos saber qué pasaría si fuera una cuchilla, en un punto ciego y sin el sonido del impacto saliendo de un arma ordinaria.- Jiang Cheng entró en ese momento, una mirada molesta, como si el tener que estar allí fuera su culpa.

Rayos, la suerte no está de mi lado. Se suponía que Lan Xichen se encargaría de él.




Prisión en GusuOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz