The Girl Next Door ➵ Joe Jonas (Short Story)

IX (Joseph's POV)

No tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos de dar explicaciones, así que me acurruqué con el cinturón puesto y alcé las piernas sobre el asiento, colocándome la capucha de la hoodie para poder ocultar la cara de muerto viviente y las silenciosas lágrimas que se resbalaban sobre mi cara para caer desde mi barbilla.

¿Tan complicado era? "Quédate", era lo único que mi cabeza seguía ansiando escuchar de sus labios, sin duda lo hubiera dejado todo, todo.

No obstante, estaba ahí, estaba tomando un avión al otro lado del mundo.

(...)

Una ligera zarandeada a mi hombro me regresó a la realidad, sacándome de esa nebulosa de mal sueño y malas posturas; gemí molesto cuando una fuerte corriente eléctrica atravesó mis vértebras en dirección descendente desde la base de mi cráneo, apreté los ojos.

— Llegamos, Jonas —murmuró una voz masculina que no supe distinguir.

— ¿Qué hora es? —pregunté con voz ronca y mal articulada.

— Temprano, venga —murmuró Cole en mi oído, fruncí la nariz y apreté los ojos, intentando despejar la cabeza, los últimos eventos repasando cada rincón de mi cabeza.

— ¿Qué mierda estoy haciendo? —me quejé pasándome las manos por la cara con fuerza, asqueado ante la capa de sudor que me cubría la frente.

Sentí el movimiento a mí alrededor, JinJoo gritando emocionada al pisar tierras asiáticas y Jack riendo de su actitud infantil, miré por la ventanilla, distinguiendo el cielo ligeramente grisáceo, lleno de nubes, pero con mucha luz, la extensión de la pista ante mis ojos. Levanté el cuerpo como pude, echándome sobre los hombros mi peso en pereza.

— ¿Estás bien? —susurró Cole mirándome de manera curiosa, entrecerré los ojos—. Tienes los ojos como si acabaras de fumar —murmuró señalándome la cara con un movimiento circular del dedo, pude sentir mi cuello enrojecer.

— No pasa nada, tengo mucha alergia —respondí, Cole alzó una ceja.

— ¿Alergia a qué? ¿A las nubes? —cuestionó y las orejas comenzaron a arderme.

— ¡Ya, anda! —gruñí comenzando a movilizarme para poder obtener mi mochila, con la intención de no verle más la cara, el otro simplemente rio, tirándome a loco, quizá lo estaba.

Un equipo para transportarnos ya estaba listo cuando nuestras maletas estuvieron abajo, esperando por nosotros para llevarnos al hotel, me limité a revisar la fecha en el celular un par de veces sólo para asegurarme de que no confundía las fechas mientras el equipo de seguridad acordaba las pautas de nuestra estancia.

— ¿Todo en orden? — preguntó Jack mirándome de reojo cuando ocupé mi asiento en la camioneta junto a la ventanilla, le sonreí de la manera más conciliadora que encontré.

— Todo bien —asentí—. Sólo tengo... hambre.

— Podemos comer algo en el hotel —asentí mientras él revisaba el teléfono—. Hoy es cumpleaños de Kevin, ¿cierto?

— Sí —asentí de nuevo, metiendo las manos en el bolsillo de canguro de mi hoodie—. Debería llamarle —reflexioné mirando en dirección a la calle.

La salida del aeropuerto fue más rápida de lo que creí posible, y mi cabeza realmente lo agradeció. Recordaba haber despertado en algún momento del viaje, pero mi cabeza se debatía si las imágenes de JinJoo canturreando alrededor y preguntándose cuando volveríamos a Corea y las de Jack bebiendo Coca Cola habían sido reales. Respiré tan hondo como pude y recargué la cabeza contra el vidrio frío, suspirando de alivio cuando mermó poco a poco la presión que llevaba en las sienes.