9° Capítulo:

818 82 4
                                    


            -Te traje algo para comer –dije al mismo tiempo que abría la entrada a la celda- me dijeron que no has estado comiendo –mis ojos empezaban a acostumbrarse a la penumbra del lugar, así que inspeccioné su rostro. Tenía las facciones un poco más marcadas y unas ojeras no muy profundas- y se te nota -al tiempo que Hans se sentaba, estiré mis brazos para que él tomara la bandeja. Pero una vez en sus manos sólo se quedó observando el contenido, sin decir nada ni atisbar a probarlo- sé que no ha de ser la mejor comida de tu vida, pero es mejor que nada.


Miré a mi alrededor buscando donde poder sentarme, pero claramente no había allí nada más que la cama. Consideré el hacerme una silla con mis poderes, pero lo descarté al segundo, para la próxima pediría que me trajeran una silla para cada vez que necesitara venir hasta aquí. Salí de mi propia mente al percatarme que Hans todavía no había comido nada, más bien había dejado la bandeja a su costado.


-Bien... empecemos directamente entonces... -dije manteniéndole la mirada- Retomemos con las preguntas que te hice en mi dormitorio, empecemos por una fácil para ir calentando y porque no me quedó del todo claro, ¿Cómo lograste entrar en mi habitación?

-Como ya te lo había dicho, lo único complicado fue tener que escalar sin ser visto, el resto fue esperar –le deje claro con mi mirada que quería más que eso, él suspiró rendido- estuve observando los movimientos de los guardias por un día entero, escondido, para conocer lo básico de sus rutinas y horarios. Luego con esa información sólo necesité llevar la infiltración a cabo, ¿esa respuesta le agrada más, su majestad? –no pude evitar notar un dejo de ironía en el tono de su voz, más decidí ignorarlo. Aparentemente habría que tener una seria charla con los guardias, quizás renovar sus entrenamientos, para que llevaran a cabo sus tareas de una manera más satisfactoria.

-Sí, esa respuesta es más concreta, gracias. Ahora, continuemos... -antes de poder pronunciar otra palabra me vi interrumpida por él.

-Espera, creo que sería más justo un ida y vuelta.

-¿Disculpa? –dije mientras levantaba una ceja de manera instintiva.

-Tú obtienes las respuestas que quieres y, a cambio, yo obtengo también la información que necesito.

-Ohhh, ahora entiendo por qué te muestras tan colaborativo conmigo –él sólo levantó los hombros, e hizo un gesto con su rostro entre sonriente y burlón- bien, tengo curiosidad, lo que no significa que vaya a responder algo.

-Es lo justo, de otra manera no obtengo nada de beneficio en todo esto y ya no me veré tan colaborativo.

-Obtienes el poder vivir. Y considero, teniendo en cuenta todos tus actos, que es un beneficio bastante grande.

-Esto es sobrevivir, mi reina, más no vivir. Para poder vivir tranquilo necesito respuestas –Esa corta frase ciertamente me había llamado la atención, ¿qué podría ser tan importante para él, como para arriesgarse a ser encarcelado una vez más luego de la dificultosa tarea que debió serle el escapar en primer lugar?

-Está bien, suficiente, te escuchare y si lo considero correcto te contestare –No quería darle una respuesta concreta para que no creyera que tenía algún tipo de poder en esta situación. Él asintió con un ligero movimiento de su cabeza, agradeciendo si se puede decir eso.

-...No sé con qué comenzar... -su voz temblorosa me hizo ponerme en guardia y analizar todos sus gestos, había dejado de mirarme para redirigir su mirada al suelo. Toda su expresión corporal demostraba tensión, de algún modo parecía como si se sintiera desprotegido y cuando continuó hablando fue casi en susurros- bien, empecemos por el principio ¿desde qué edad recuerdas haber poseído tu magia?

-¿Mi... -no me esperaba que la conversación se dirigiera hacia mí- magia? ¿Por qué quieres saberlo? –en respuesta sólo recibí su mirada, ahí pude ver que en sus ojos se arremolinaban muchas emociones, entendiendo también que no iba a responder a eso. Si esto se trataba de mi magia entonces tendría que ser precavida, probablemente solo buscara saber mis debilidades. Me aclaré la garganta al carraspear y decidí continuar- No lo sé, no recuerdo un momento de mi vida sin mis poderes, creo que es de nacimiento aunque no se me manifestaron hasta unos pocos años más tarde.


Lo siguiente que había planeado preguntarle era con respecto a qué era lo que él quería aquí, qué planeaba conseguir. Pero esa pregunta se había respondido a medias por sí sola, él tenía algún tipo de interés en mis poderes el porqué de ese interés sería lo siguiente pero mi intuición me decía que lo dejara estar por hoy. No me había dado cuenta de que lo había dejado de observar hasta que volví a dirigirle la mirada, Hans tenía los brazos apoyados sobre sus rodillas y miraba el suelo esperando la próxima pregunta. Estaba pensando en la siguiente cuando escuché la puerta del calabozo, ambos dirigimos nuestra mirada hacia esa dirección al mismo tiempo. El silencio sepulcral que se había formado fue interrumpido por la voz de uno de los guardias.


-Su majestad, la princesa y su consejero consideran prudente que termine esta reunión por el momento. Su hermana se encuentra aquí fuera, esperándola –asentí con mi cabeza por más que él no pudiera ver mi gesto desde donde se encontraba.

-Bien, dile que me espere sólo unos minutos más –acto seguido escuché la misma puerta cerrándose, cuando me volví me crucé con la mirada de Hans- Te concedo una pregunta más, si así lo deseas, antes de que me marche.

-¿Sabes de alguien más en tu línea familiar que tuviera poderes como los tienes tú? ¿Sabes de dónde surgen estos?

-No, nadie que sepamos presentó siquiera alguna magia parecida a la mía, por lo que tengo entendido soy la primera y única, no sólo de mi familia. Y por lo mismo tampoco sé cómo es que los adquirí, pero aquí están y más fuertes que nunca –eso último me vi en la necesidad de añadirlo como una suerte de amenaza.


Ya estaba por darme la vuelta, para marcharme finalmente, pero un impulso me hizo hacer lo contrario. Me acerqué a Hans con paso firme, a lo que él respondió parándose. Cuando estuve lo suficientemente cerca de él decidí terminar aquella conversación.


-Escúchame bien Hans, no sé bien de qué va todo esto, pero voy a llegar al fondo de esta situación. Que ni siquiera se te ocurra por un momento hacer algo en lo más mínimo sospechoso, porque no dudaré en atravesarte con un hielo mientras duermes. Espero que sepas que no soy la misma de hace unos años, nadie aquí lo es, estoy en paz con mis poderes ahora así que no encontrarás a quién manipular –Él sólo cerró los ojos y frunció el entrecejo, con la luz de la luna y de cerca podía distinguir unas cicatrices en su rostro que antes había pasado por desapercibido- Volveré una vez por semana, cada vez en un día distinto, no encontrarás maneras de planear un ataque sorpresa o similar, ni siquiera creas que es posible.


-----

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-----


Cuando atravesé la puerta del calabozo, por segunda vez en ese día, me encontré a Anna que se disponía a lanzárseme para abrazarme. En sus brazos no pude más que reírme, sacándome de encima la tensión que había estado acumulando.


----------


Nuevamente, muchas gracias por la lectura!

CRÉDITOS POR LA IMÁGEN AL ARTISTA DE DEVIANTART → MabyMin ←

Frozen & BurnedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora