17° Capítulo:

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            -¿Has avisado a los guardias para que le despierten? –pregunté a Kamilla, que terminaba de arreglar mi cabello.

-Sí, su majestad. Ya deberían estar llevando a cabo su tarea –contestó ella automáticamente, realmente estaba muy concentrada en mi peinado. Ella se veía realmente feliz cuando podía llevar a cabo esa tarea.

-Muchas gracias –terminé por decirle, al mismo tiempo Anja atravesaba la puerta de mi dormitorio- Buenos días, Anja.

-Buenos días a ambas –contestó la última, continuando con su acostumbrada reverencia corta- el desayuno está ya preparado, la princesa y su prometido allí le esperan –ante esa última frase mi estómago se sintió ligeramente revuelto. La verdad es que me ponía nerviosa la situación que estaba por venir, ya que Hans también había sido llamado a tomar el desayuno con nosotros- Todo va a salir bien –continuó diciendo ella, luego de analizar la expresión que aparecía en mi rostro.

-Eso espero... Simplemente espero no haberme equivocado al liberarlo –agregué mientras me levantaba- Gracias por su trabajo –dije girándome para observarlas a ambas.

-No hay de qué –contestaron ambas simultáneamente.

-Confiamos en su juicio –continuó Anja- y creo que habla muy bien de usted el darle una nueva oportunidad.

-No cualquiera tendría la fortaleza para ver más allá de los actos pasados –terminó Kamilla.

-Gracias por eso –les contesté conmovida y dándoles un corto abrazo. Ellas todavía no se acostumbraban a mis muestras de cariño y la verdad es que incluso a mí misma me resultaba algo extraño.


Luego de la corta charla que mantuvimos todas salimos de mi dormitorio, ellas dirigiéndose a la biblioteca mientras que yo al comedor. Ese día por suerte no había comenzado desde tan temprano, era algo para agradecer teniendo en cuenta el entrenamiento que tenía planeado para la tarde.


El dormitorio que le habíamos dado a Hans realmente no quedaba de paso en mi camino, pero me pareció buena idea pasar por allí para llegar juntos a tomar el desayuno. Quizás así la situación no sería tan incómoda, contrario a que si los tres estuviéramos ya instalados y él llegara más tarde. Ugh, la verdad es que no sabía qué era mejor, qué sería menos incómodo... Supongo que esa situación es inevitable y simplemente tendremos que pasar por ella lo más pacíficamente posible.


Al llegar justo a la esquina del pasillo que daba a su dormitorio me pareció escuchar voces y si no me equivocaba una de esas era la voz de Kristoff. Eso no me gustaba mucho, pero me aproximé al final del pasillo lentamente y apenas asomé mi cabeza lo suficiente para observar lo que sucedía.

Me asomé justo para ver como Kristoff tomaba a Hans por las solapas de su abrigo, acercándolo a sí mismo de una manera claramente amenazadora. El primero le susurraba algo, apretando con fuerza la mandíbula demostrando que trataba de contenerse. No llegaba a escuchar lo que él le decía al segundo, pero la mezcla de sensaciones grabadas en la expresión de Hans se explicaba por sí misma. Impacto, sorpresa y un ligero pero claro tinte de miedo.


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Frozen & BurnedWhere stories live. Discover now