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Desperte en una mansión bastante no, muy grande. Abrí los ojos de par en par y cuando quise darme cuenta Raúl el chico de la cafeteria se encontraba entrando en la habitación donde me encontraba.

-Lo siento por lo del coche pero no debemos arriesgarnos a que te descubran

Podian haberle visto y lo peor de todo que me habian metido en un coche, me habian medio drogado y todo eso en pleno dia.

-Sabes que todo lo que habeis echo lo han visto unas 15 personas ¿verdad? - dije intentando mantener la calma.

Ví como asentía con la cabeza al mismo tiempo que se sentaba a mi lado.

-Mi jefe me dijo que eres buena espía y que has trabajado en el FBI, si es asi quiero preguntarte ¿porqué te buscan? ¿Que has echo? - preguntó Raúl despues de decirme todo lo que sabia de mi.

¿Como decirle ha alguien que no habias echo nada y que habias sido tus antepasados?

-Mis antepasados, Dylan el que se casó con Ashley tenía problemas y cuando, se fue de Canadá se olvidó de sus problemas y pasó de familia en familia hasta que me encontraron a mi, al principio, a los 16 intenté investiguar que querian de mi y resulta que Dylan vendía y consumia droga antes de salir con Ashley.

Raúl me miró estupefacto, y me repaso con sus ojos de arriba a abajo despues habló dejandome en absoluto silencio.

-¿Te buscan yonkis? - preguntó riendo, pero el asunto era mas serio de lo que parecia y yo nisiquiera rei.

-No, me buscan asesinos yonkis que es diferente. Llevó desde los 16 entrenandome para lo que me pueda suceder ¿entiendes Raúl?

Se quedó en silencio pensando mientras consultaba un armario con ropa femenina. Cojí una sudadera azul, corta y unas mallas negras.

-Te dejaré cambiarte y desayunar luego continuaremos con la charla-dijo saliendo de la habitación mientras me guiñaba el ojo.

Me puse lo que habia escogido y salí por la puerta. Confirmado, era una mansión y a juzgar creo que incluso tenía una piscina.

Bajé unas escaleras y vi la cocina.

Era negra y también con, detalles de color beige. Era bonita.

-Buenos días princesa ¿que quieres que te preparé? - dijo una señora de aproximademente unos 60 años.

-¿Unas tortitas?

Asintió con la cabeza sin hacerme preguntas y comenzó a hacer el desayuno.

Mi Pequeño Secreto [#1] ✔️Where stories live. Discover now