02

20.2K 2.7K 4.4K
                                    

Bienvenidos al segundo capítulo de esta historia :D 

Bienvenidos al segundo capítulo de esta historia :D 

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Regla número uno, querida: ¡no le hables!

—¿Estás sorda? Te hice una pregunta.

Tengo que responderle, ¿no? Digo, no estamos en Jackson, está permitido intercambiar al menos una palabra con él.

Tranquila, Sasa, respira hondo y responde con naturalidad.

Asiento evitando mirarlo a los ojos. Un sudor frío empieza a salirme de la frente.

—¿No vas a tomarlo? —pregunta y unos arañazos en la cabeza me despeinan. Levanto la cabeza para saber qué ocurre. Atún está estirado entre sus manos, como si me tendiera un obsequio. Con mis manos temblorosas lo agarro e intento descender las escaleras—. Oye...

Apoya su mano en mi hombro.

Repito: tiene su mano en mi hombro.

Volteo. Él está mirándome, ahí, de pie, desde lo alto, con poderío, mientras yo ruego que por favor no me reconozca.

—Necesitas aprender un par de modales. Si alguien te hace un favor, aunque tú no lo pidieras, se dice gracias.

¿De verdad él se atreve a darme clases de moralidad? ¿¡Él!?

—¿Y bien?

Además de hipócrita, impaciente.

Carraspeo.

—Gracias.

Una mirada displicente es todo lo que obtengo de momento.

—De nada —pronuncia con voz profunda.

Bajo las escaleras, corriendo y aferrada a mi gato en una huida rápida para llegar lo antes posible de la casa. Solo cuando llego a mía es que me siento a salvo. Apoyo mi espalda en la puerta y dejo que mi agitada respiración encuentre la calma. Mis amigos no tardan en llegar.

—¿Y? —pregunta Crys— ¿Qué pasó?

Dejo a Atún en el suelo, al tiempo en que reúno toda mi paciencia.

—¿Qué pasó? ¡Pasó que casi muero ahí adentro, y todo por tu culpa!

Le doy un empujón, pero lejos de molestarla, Crys empieza a reír como una desquiciada.

—Tú misma lo dijiste, Saku: caaaaasi. ¡Estás a salvo!

Ella está satisfecha, tanto se pone sus manos en las caderas y asiente con victoria.

—Si llega a reconocerme...

—Bueno, eso es algo que seguro pasará —dice Yuju, mandando al carajo mi poca esperanza—. Lo bueno es que no le debes ningún favor.

Me llevo las manos a la cabeza.

—¿Que haya atrapado a Atún cuenta como un favor?

—Creo que sí —responde Till, cruzado de brazos.

Mi juego, tus reglasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora