Tras los eventos ocurridos en DMC5, Nero es enviado a otro mundo (El de Tate no Yuusha) debido a un libro mágico. Ahora, Nero tendra que luchar contra las olas de la calamidad junto a sus compañeros y amigos para salvar a un reino que lo desprecia.
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Nero, el cual se encontraba gravemente herido tras haber recibido de manera indirecta los ataques más poderosos de los otros tres héroes, con el fin de derrotar al jefe de la Ola, creía que ya podía cantar victoria, Pero cuando parecía que los héroes habían ganado, El demonio Mundus Apareció ante ellos, y para empeorar la situación, este demonio invoco a varios caballeros Angelos.
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- Oh mierda. Otra vez estos sujetos. – Dice Nero adolorido.
- Ahora, héroes legendarios y sangre de Sparda, enfrenten a mis heraldos de la muerte. - Dice el demonio mundus.
Por un momento, Nero creía que esos demonios no representarían una gran amenaza, ya que durante la batalla en contra de úrizen en la ciudad de Red Grave había derrotado a unos cuantos de ellos, pero Nero no tardó mucho en darse cuenta que esos demonios eran diferentes a los que se había enfrentado antes, ya que esos Angelos que había invocado el Rey demonio Mundus, los rodeaba una bruma oscura y sus ojos brillaban con una luz carmesí intensa, algo que Nero solo había visto en demonios enfurecidos, los cuales en ese estado, eran más fuertes y resistentes que en sus versiones normales.
En circunstancias normales, El cazador de Demonios no tendría muchos problemas en pelear contra ellos, pero tomando en cuenta de que estaba severamente herido, y sin posiones de curación, ya que las ultimas que tenia se las había dado a los otros tres héroes, y que los Angelos estaban recién salidos del infierno, las cosas no parecían ir bien para Nero y sus compañeras.
- ¡Ja!, esas criaturas no son nada para el poder del héroe de la lanza. ¡Motoyasu sama, acabe con ellos! – Dice Mein con arrogancia.
- Mein tiene razón, no importa si son monstruos o demonios, no son nada para mí. – Dice Motoyasu muy confiado.
Motoyasu se lanza a atacar al proto Angelo, pero es detenido en seco por los Angelos con escudo, los cuales formaron una línea de defensa para proteger al Proto Angelo.
- Esos escudos no me detendrán. – Exclama Motoyasu. El rubio retrocede unos pasos hacia atrás, pero solo lo hace con la intención de tomar impulso, tras eso, Motoyasu arremetió de nuevo con su lanza contra los Angelos con escudos.
