Polos Opuestos [Furry/Yaoi]

3- "8".

Espérame un minuto.
Déjame terminar.
Me miraste como si no existiera, nunca supe cómo complacerte. En otros brazos, sentí un calor especial. ¿Es esto lo que realmente necesito? ¿Esto es amor?

Tengo una máscara para cada persona, intento pasar desapercibido mientras intento descubrir todo lo que pasa dentro de mí. Puedo hacer que me muestres cada parte de ti mismo.
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Narrador omnisciente
[El amanecer, luego de la tormenta]
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(Ilustración rápida echa por mí)

El sol irradiaba más que nunca a través de unas cuantas nubes que se le interponían. Esta débil polarización era apoyada por una neblina delicada, dejaba libre a una brisa fresca y recuperadora. Un viento que pasaba de largo, provocando un pequeño silbido contra la ventana, así despertando al dragón de una manera algo usual.

El sonido de los pajaritos que provenían del gran árbol cubierto de nieve que se encontraba por fuera de la casa, molestaba al dragón, el cual abría los ojos ligeramente cuando estos le pedían descansar más.

Sintiendo algo pesado en su mano izquierda, el dragón lo apretaba y notaba que con sus dedos entrelazaba algo. Podía sentir algo de pelaje, a su vez que con su tacto percibía algo suave -sin contar que de por sí ese objeto ya era esponjoso-. Cabe resaltar que el reptil no sabía que aquello era la mano del panda hasta el momento donde pudo sentir un poco de sus garras que se posaban por encima de su muñeca, justo en el momento en que por un segundo aseguró que sólo agarraba un pedazo de sábana.

Sorprendido, se soltaba del agarre débil que tenía con el panda. Inmediato a esto, pudo sentir el frío de la mañana atacando la palma que durante la noche se mantuvo abrigada. La posición de Oziel en la cama, era desordenada, tenía un brazo afuera y la mano de allí tocaba el suelo, lentamente sus neuronas se fueron conectando y comenzó a percatarse de su alrededor, de sus sentidos y del contexto.

Todo aquello había ocurrido en cuestión de segundos, pese a que el recién levantado dragón recordaba ciertos fragmentos de lo que había ocurrido ayer, en el momento actuó distante, como por impulso.

Resumiendo los sueños de cada uno, el dragón se visualizaba volando entre las nubes, planeando como un águila, sintiendo cómo una poderosa brisa removía su pelaje. Pese a que podía volar con libertad, no sé atrevía a subir demasiado, a veces sentía cómo el cielo se volvía oscuro, a su vez que veía a la superficie de la tierra con mucha lejanía. ¿Será que la única forma de subir más será con un cohete espacial?

Por otro lado, el panda en sus sueños sentía un cansancio enorme, se encontraba escapando de algo. Un monstruo imponente y peligroso que con solo su aura hacía que todas las personas a su alrededor corrieran despavoridos intentando escapar de aquella bestia. El problema, es que el panda no podía correr, se arrastraba, no podía pedir ayuda, se ahogaba cuando intentaba subir el tono de su voz. El caos colectivo lo consumía, mientras con sus brazos, hacia un esfuerzo para ver si al menos se lograba esconder.