Capítulo 30 - Nada de Sorpresas-

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— ¡Hablas enserio!

— Si, Alfredo te lo dirá en su momento — me comento Gabriel.

— Esto será incómodo.

— Contigo si, nosotros ya estamos acostumbrados, solo tendrás que acostumbrarte.

Alfredo se despertó y nos observó demasiado serio, no dijo nada y solo cambio de posición en la cama está cansado y se entiende así que me acosté para hacerle compañía no poder quedarme dormida, pero ni modo no sé a dónde más irme todo el rancho está en completo silencio no quiero ser la única que ande deambulando sola.

— En tu maleta no traes algo elegante para una cena — Alfredo se sentó en la cama es evidente que no pudo seguir durmiendo.

— ¿Cómo qué?

— Algo más formal, un vestido o algo — Gabriel y su acompañante comienzan a incomodarse, pero por qué demonios no se pasan a retirar.

— Disculpa que te cambie de tema, pero ellos ¿porque están aquí?

— Te iba hablar de eso, por un tiempo tendremos que estar así ellos y otros tendrás que acompañarnos a toda hora.

— Pero están invadiendo nuestra privacidad.

— Lo se soy consciente de eso, pero no hay de otra forma.

— Y con respecto a al vestido, no se creó no traje nada de eso.

— Revisa en tu maleta.

— Dime para qué.

— Te voy a decir por qué sé que no te gustan las sorpresas y no quiero que pase lo mismo con lo de la luna de miel, tengo en mente que vayamos a cenar a algún lugar no sé.

— Nada de sorpresas.

— Si nada de sorpresas, una cena casual entre tu y yo — me gusta que este conociéndome.

Las sorpresas no van conmigo, siento que lo romántico no es mi caso, quizás él espera que sea más cariñosa más romántica, pero soy demasiado difícil a mostrar ese lado mío quizás lo hago para no salir lastimada, pero bueno saldremos a cenar no se si hoy o mañana o dentro de unos días, pero saldremos a cenar él y yo y eso me emociona.

— Nos vamos.

Subimos a la camioneta al parecer los demás ya llevan camino avanzado, Alfredo me comento que pasaremos tiempo en casa de su abuela en la tuna, quizás nosotros si duramos más con ella Iván solo pasara unos días al igual que Ovidio. Llegamos a la casa de la señora Consuelo con ayuda de alguien más nos instaló a todos en su casa, muy bonita tiene casi la misa temática que el anterior lugar en el que estábamos, el calor se está comenzando a sentir me di un baño y me coloque algo más fresco, salí de la recamara Bruno me sigue a donde voy así que lo tome de guía para dar con la cocina.

— Qué bueno que llega — me dijo la señora consuelo al verme entrar — iba a mandar por ti, en el refrigerador ahí comida para que prepare algo de cenar.

Me dejo sola en la cocina así que mire que podría hacer para cenar, encontré de todo un poco y la verdad no sé qué pueda preparar, me iré por algo más fácil unos Sándwiches.

— ¡Deje eso! — cerré el refrigerador y mire que venía entrando Ovidio y sus hermanos — vamos hacernos un aguachile.

Me dejo sin palabras, Alfredo me abrazo por la espalda y me dio un beso en el hombro, les ayude a preparar la cena y entre todos están cocinando quien diría que juntos solo conviven como hermanos a pesar de todo, de sus responsabilidades se dan ese tiempo para convivir entre ellos y dedicarle tiempo a la familia. Después de que ellos pasaron un rato tomando y platicando Alfredo regreso a la habitación sería la primera vez que dormiríamos más de dos personas en una recamara, pareciera pijamada. Esta uno en cada ventana y otro en la puerta, según Alfredo es con todos en la familia y que no debería preocuparme.

A la mañana siguiente despertamos, de mi parte trómpese con unos de los escoltas que estaba durmiendo a un costado de la cama, Alfredo se fue directo a la cocina así que yo aproveche para darme un baño ya que quiere que salgamos a Culiacán a comprar lo que nos hace falta para la cena que tendremos.

— Te encargo eso Alfredo, no se te olvide — le comento Iván una vez que subimos a la camioneta.

Bruno va de chofer, Gael de copiloto y Gabriel va atrás con nosotros, el camino será algo largo y cansado desayunamos en Badiraguato y partimos directo a Culiacán. Una vez que llegamos me percate de que esta Elizabeth y su esposo nos esperan, Alfredo me pidió que fuera a comprar lo que ocupara en lo que el iría hacer un encargo.

— Te perdiste por un rato — me saludo de beso.

— Lo sé, Alfredo que le gusta hacer las cosas improvisadas.

— Las chicas me preguntan que cuando saldremos, sería bueno que les diga que quedemos hoy para hacer algo en la noche.

— Estaría bien, pero no sé.

— ¿Por qué? — me pregunto en lo que observaba la ropa en la tienda.

— Voy a salir con Alfredo, aun no sé cuándo y no le he preguntado.

— ¡Ya se arreglaron! — dejo la blusa que estaba observando para venir directo hacia mi — cuéntame todo...

— No es nada solo que necesitamos ese espacio para nosotros.

— Entiendo, siempre se necesita ese espacio para los dos, sin escoltas invadiendo su espacio siempre... disfruta de ese momento que si no lo haces vas a arrepentirte.

— Oye Elizabeth dime algo. ¿Qué paso después de que me fui de la fiesta? — tengo curiosidad y más porque recuerdo que Alfredo llego tarde.

— ¡Elizabeth! — se acercó una mujer a saludarla — hasta que te dejas ver mujer.

— Norma ¿Cómo has estado?

Ellas se quedaron platicando yo seguí viendo la ropa y encontré un vestido que me enamoro, sencillo en color rojo al igual que uno negro los tome para ir al probador y ver cómo me quedan, quizás este sea el indicado para esa cena pague por los dos vestidos y me acerque a Elizabeth para decirle que la espero fuera.

— Oye aquí entre nos, es cierto que Emma está embarazada — le comento la mujer de cabello cenizo.

— No te sabría decir, desconozco ese rumor — Elizabeth me miro al ver que me acerque a ella — no creas en esos chismes.

— ¡Pues si no es chisme! familia de ella lo anda diciendo, como ustedes se mantienen con ella pues creí que sabían algo de eso, ya ves que pues a cada rato se ve con el Alfredo.

— Te espero afuera Elizabeth — pase de lado para salir de la tienda.

A los segundos salió Elizabeth de la tienda seguimos caminando entre tienda y tienda, ella no me comento nada al respecto de lo que escuche. Encontré lo último que necesitaba en la última tienda solo espere a que ella termine de pagar para salir y esperar a que llegue Alfredo por mí ya que anda con el esposo de Elizabeth.

— ¿Quién era esa mujer? — le pregunte en lo que caminábamos al estacionamiento.

— Se llama Norma, anduvo un tiempo con uno de los hermanos de Alfredo, se casó y pues cambio su vida.

— Y me vas a decir que fue lo que paso después de que me fui de la fiesta.

— No hagas caso a lo que ella dijo, Emma suele inventar cosas solo para hacer que Alfredo la vea.

— me ocultas algo, pero bueno no somos tan cercanas y tengo entendido que entre ustedes se suelen cubrir las espaldas — la mire atenta

— Mira, ve a tu cena con Alfredo sin pensar en nada y después podemos hablar y te puedo contar todo lo que quieras.

— Ellos tuvieron algo después de que me fui verdad...


Gracias por el apoyo♥

¿POR QUÉ YO?Where stories live. Discover now