"Diablos, te amo demasiado." Harry dijo y Cindy se detuvo a verlo.
"¿Qué?" Los ojos de Cindy brillaron en emoción. Harry estaba borracho, y ella... un poco menos. Una cosa había llevado a la otra y habían terminado en el cuarto de la fiesta besándose. Ambos se conocían desde hace tiempo atrás, eran muy cercanos pero evidentemente Cindy estaba enamorada de Harry.
"Dije que..." Harry apretó su cintura besando sus labios de nuevo. "Te amo." Sus pupilas estaban bastante dilatadas y su aliento era fuerte a alcohol.
"Harry... estás muy borracho." Cindy mordió su labio nerviosamente. "No recordarás que me dijiste eso." Y era verdad, tristemente.
"Lo haré, porque te amo, eres muy bonita, con ese cabello largo... castaño."
Castaño. El cabello de Cindy no era castaño. "¿C-castaño?" Los ojos de Harry se cerraron y volvieron a abrirse.
"Negro, perdón... negro." Casi rió torpemente. Cindy sintió sus ojos nublarse y su rostro rojo de la pena. No estaba pensando en ella.
"Harry..." Habló pero no sabía que decir.
"¿Mmhh?"
"¿Quién soy?" Lo miró pero el sólo tenía sus ojos cerrados.
"Kendall. No... espera, Cindy." Abrió sus ojos. "¿Gemma?" La miró. "Ke- Cindy." Se inclinó para dejar un beso en sus labios pero ella se alejó y se levantó de arriba de él. "¿A dónde vas? Quédate."
Cindy negó con la cabeza y sintió una lágrima bajar por su mejilla pero la quitó con enojo rápidamente mientras acomodaba su vestido en sus piernas.
Alzó su cabeza para mirar a Harry pero este ya estaba durmiendo, sabía que no podía dejarlo ahí pues no era su habitación y cualquiera podría entrar a ella. Pero estaba tan enojada que no tenía las ganas de hacerlo, aun sabiendo que la culpa no era de Harry. Salió de la habitación escuchando la música cada vez más fuerte, sólo quería llegar a casa.
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Habían pasado 1 semana de la fiesta, Cindy no había hablado con Harry pues le daba muchísima pena verlo y saber que le había dicho que la amaba, la había besado pensado que era otra chica y no ella.
Claro que Harry se había dado cuenta del distanciamiento de Cindy, no recordaba mucho de lo qué pasó y si lo hacía no tenía la imagen de Cindy en su cabeza.
Así que decidió ir a verla, quería saber que había pasado y porque estaba así con el. Estaba parado detrás de la puerta, tocó dos veces y espero cuando le abrieran.
"¿Harry?" Cindy abrió los ojos y lo miró.
"¿Por qué no me has hablado en una semana?" Harry habló frunciendo el ceño. Cindy se mordió el labio nerviosamente y se hizo de lado para que el pudiera pasar.
"Hola." Habló ella, pero Harry solo rodó los ojos y la miró entrecerrándonoslos. "Bueno, bueno, está bien. Lo siento por no hablarte."
"Acepto tu disculpa pero quiero saber el porqué." La presionó, pero no sabía cómo decirle, ¿qué le decía? ¿qué se suponía que tenía que decirle?
"Estabas borracho." Cindy dijo y se sentó en el mueble de la sala, Harry se quedó parado viéndola.
"Eso lo se." La miró confundido. "Y sé que le dijiste a Jeff que fuera por mí para que no me quedara dormido en esa habitación." Le dijo. "¿Por qué no lo hiciste tú?"
"Dijiste que me amabas, nos besamos." Lo soltó. Exhaló profundo y su cara se tornó roja mientras llevaba su uña a la boca nerviosamente.
Entonces, Harry hiló todo; no estaba pensando en Cindy, se acuerda de lo que había sucedido pero nunca vio a Cindy en sus recuerdos. Pero ahora que ella lo decía, claro que lo recordaba, y recordó sus ojos llorosos también.
"¿Por qué llorabas, entonces?" Harry frunció el ceño, esperaba que no fuera lo que el pensaba; que Cindy estaba enamorada de él. "Cindy... discúlpame yo... no quise faltarte el respeto."
"No lo hiciste, yo accedí." Ella suspiró sin mirarlo.
"Tú... ¿sí sabías que era yo?"
"Sí." Lo miró ahora sí.
"Cindy, yo... sí te amo pero, sabes que es amor de amigos, jamás podría verte de otra manera." Sus palabras salieron de la manera más caballerosa posible y fue lo que más le dolió a Cindy.
"Está bien." No supo cómo su voz salió clara a pesar del nudo que sentía.
"En serio... eres muy bonita no dudo que cualquiera quiera estar contigo."
Te quiero a ti.
