"Secretos revelados"

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Sus labios hicieron contacto con los míos y mi mundo dejo de girar por completo. Mis piernas temblaron y mi corazón quería salir corriendo de tan acelerado que estaba. Sus labios, esos que alguna vez decrete que estaban prohibidos para mi, saboreaban dulce y suavemente los míos con delicadeza, haciendome sentir que esperar tanto por probar sus húmedos labios había valido la pena.
Esta era una sensación que no había tenido antes, era una mezcla de miedo, deseo y amor...Si, esas eran tres palabras que podían describir algunas de las sensaciones que recorrían mi cuerpo ahora mismo.

Llevé una mano detrás de su cabeza estirando su cabello y Corbyn pasó sus brazos por debajo de mis piernas, se levantó del suelo y me elevó girando sobre sus pies y camino hasta dejarme sentada sobre el lava manos. Sin soltar mis labios volvio a acomodarse en el espacio entre mis piernas posicionando sus manos en mi cintura por debajo de la camiseta, haciéndome sentir las yemas de sus dedos tibios. Enrede mi brazos detrás de su cuello al igual que mis piernas en su cintura, aferrándome más a el y a sus labios. Aferrandome a la sensación de que fuera mío por tan solo un momento antes de que todo termine y la realidad de lo que estábamos haciendo nos golpeara en el rostro.

Mi cuerpo pedía oxígeno, pero yo no quería dejar sus labios, abandonarlos era darle fin a este momento y yo no estaba preparada para eso hasta que una pequeña y dulce risa nos hizo recordar que no estábamos solos. Ambos giramos las cabezas en dirección a la tina encontrándonos con una sonriente Lavender que nos observaba sin perderse nada.

—No le digas a nadie lo que el tío Cobyn y la tía Des hicieron ¿Ok? — Corbyn le habló a la niña como si ella lograra entender algo de lo que le decía y Lav sólo sonrió por la forma en la que él le habló

Aún con nuestras frentes unidas y nuestras respiraciones agitadas volvimos a cruzar miradas y no pude evitar sonreír causando que Corbyn también lo hiciera. Sus labios estaban rojos e hinchados y estaba segura que los míos estaban igual.
Corbyn dirigió su mirada hasta mi boca y volvió a besarme, pero estaba vez fue un beso corto y rapido que finalizó con él mordiendo mi labio inferior y yo soltando un quejido.

—¿Sabes todo lo que me he retenido para no besarte? Y que alguien más lo esté haciendo en mi lugar no me agrada — hizo una mueca de desagrado apartando sus manos de mi cintura y acaricio mi espalda por encima de la camiseta

El momento era perfecto, Corbyn sonriendome cálidamente mientras acariciaba mi espalda y yo haciéndole suaves caricias en su nuca y cabello, pero ya era tiempo de volver a la realidad.

—Pero sabes que no podemos...— susurre y apoye mis manos en su pecho

—Lo se... solo que...— soltó un suspiro y agachó la cabeza

—Debo sacar a Lav de la bañera — aclaré mi garganta y él se hizo a un lado para yo poder bajar del lavamanos

Por fin había probado sus labios, esos que había deseado con tanto anhelo y ahora podía estar segura que podrían convertirse en mi droga. Tenia ganas de saltar sobre él y volver a besarlo y jamás soltarlo otra vez, pero aún así entendía que estábamos cometiendo un error, un gran error que lastimaria a más personas que solo a nosotros dos.

Tomé una toalla seca y con un poco de esfuerzo levante a Lav envolviendola en esta y la acomode del lado derecho de mi cintura. La lleve hasta la cama y Corbyn nos siguió detrás. Acoste a la niña y comencé a secar su pequeño cuerpo hablandole, disfrutando de su risa mientras Corbyn observaba la escena parado al pie de la cama, en silencio.
La vesti con un hermoso vestido blanco con detalles de flores en azul marino y unas sandalias blancas. La peine colocándole dos hebillas pequeñas color azul marino a un lado de su cabeza para que su cabello no le cayera en el rostro, la sente apoyandola contra el respaldo de la cama y me acosté a un lado mientras Lavender jugaba con el cepillo para el cabello.

Mi destino y mi esperanzaWhere stories live. Discover now