Capítulo V

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- Amy

A pesar de tener auto decidí irme en mi bicicleta, sé bien que de esta manera tenía que salir con más tiempo de casa, pero no encontraba ningún inconveniente con eso. A demás de que me servía como ejercicio, podía observar lo que me rodeaba conforme avanzaba en el camino, y también podía saludar a las personas que me encontraba.

Cuando llegué Dustin iba bajando de su vehículo y junto a él, Rita, su esposa. Se notaba lo felices que eran y realmente se veían muy bien. Mi familia ha llegado a pensar que nunca tendré una pareja, porque a mi edad, no me habían visto con alguien, ni tampoco había presentado a alguien con mis padres. Pero no significaba que no había tenido novio en alguna ocasión, sino que todos mis intentos anteriores habían sido fallidos o de alguna manera, no funcionaban. Así que había decidido que me dedicaría a mis estudios, sin descartar la idea de en algún momento poder formar mi propio hogar, pero para eso debía esperar a que el amor llegara mi puerta.

Rita me abrazó de forma inmediata, nuevamente me felicitó y dijo: "Espero te guste tu sorpresa". Sonreí en gesto de agradecimiento.

Lea llegó a los pocos minutos de haber abierto el café, era una chica que junto a mí, atendía a los clientes y Ralf era el chico que ayudaba a Rita en la cocina. El café a pesar de ser un lugar muy concurrido y solicitado, funcionaba muy bien con nosotros cinco brindando la atención. Limpiamos y cuando terminábamos de acomodar las sillas y mesas, Dustin me llamó, así que me dirigí a la pequeña oficina que se encontraba al costado de la cocina.

- Pequeña -así solía llamarme Dustin cuando se trataba de una conversación entre amigos-, quiero pedirte un favor. Tenemos muchos años de conocernos, la confianza y la amistad tiene un alto nivel entre nosotros, quiero pedirte ayuda con algo.

- Dime, ¿qué sucede?

- Como sabes, el café cuenta con varias sucursales en la ciudad.

- Sí, recuerdo que así es.

- Bueno, con Rita hemos decidido expandirnos en cuanto a territorio, así que hace aproximadamente una semana se inauguró una nueva sucursal en Jaxon y la siguiente semana se hará una en Nellvis, eres tú la persona en quien confío para que dirija la sucursal. Ya me has ayudado antes con el negocio, sé que puedes llevar ese tipo de responsabilidad.

- Estoy muy sorprendida, el café si que ha crecido demasiado. -hice un breve silencio- Dustin, agradezco tus palabras y la confianza que tienes en mí para dirigir algo a lo que le has puesto tanto esfuerzo. En caso de que acepte, porque debo pensarlo por la cuestión de que debería viajar, ¿cuándo tendría que empezar?

- Tendrías que haber tomado la decisión para el miércoles, ya que el lunes sería la inauguración y quiero tener todo en orden para el viernes.

- Muy bien Dustin, gracias nuevamente por la confianza que depositas en mí, para mañana por la noche a más tardar te daré mi respuesta.

- Gracias Amy, espero que sea sí. Ahora eres libre -rio-.

- Muy bien jefe -reí y salí de aquella mini oficina-.

Al salir vi que había un joven que al parecer nadie había atendido, Lea se encontraba llenando los frascos de kétchup para las mesas. Así que fui a su encuentro.

- Buenos días joven, disculpe por la demora, ¿en qué puedo servirle?

- Buenos días señorita, no se preocupe. El día de hoy cumple años mi abuela, y su lugar favorito es este café, así que pienso traerla, sólo quiero saber si ustedes me harían un favor, para darle una pequeña sorpresa.

Amor de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora